Amor Incondicional
Hace algún tiempo una madre compartió su experiencia abrumadora con un artículo publicado en Selecciones. En el momento en que ella se hallaba en un programa de la iglesia recibió una llamada de su hija, Katie, quien respiraba con dificultad. “Madre, soy Katie. Ven pronto. Tom é pastillas ... para dormir....”
Se escuchó un golpe. Después silencio.
Los padres pidieron una ambulancia y llevaron a Katie de urgencia al hospital. Atormentados ellos luchaban con l a pregunta, “¿Porqué lo hizo? Ella era siempre amorosa, popular, e inteligente, ella era perfecta en todos los aspectos,” se decían a sí mismos.
Afortunadamente los padres con Katie llegaron a tiempo al hospital. Pero cuando ella revivió, gritó groserías y vulgaridades. En su c ólera se lanzó contra un internista, golpeándolo en la nariz y mordió a una enfermera en la muñeca.
El doctor trató de explicar a los confundidos padres: “Katie es una joven llena de ira. Su autoestima es muy baja. Es por eso que tomó las pastillas para dormir.”
“Pero ella siempre ha sido una chica maravillosa,” dijo su madre contrariada. “De seguro que ella lo sabe.”
El doctor permaneció calmado. “Ella se da cuenta que así ustedes lo piensan. Ella trató de serlo y sentía que debía de ser lo que ustedes pensaban que ella era. No los quería desilusionar y no quería que nadie pensara que no era tan buena como todos lo creían. Ustedes saben que todos queremos sentirnos amados. Katie pensaba que el actuar bien es lo que hacia que la gente la amaba—aún sus padres. Ella no cree ser una buena persona, así que no le importa morir.”
Con paciencia eternal y
incansable, el amor se da de si mismo.
Katie temía que si la gente la conociera como ella era en realidad— humana con imperfecciones—nadie la querría o amaría. Así que en orden de obtener el amor y la aprobación que ella necesitaba, con desesperación, pretendía ser una persona que no era ella. Como resultado, sus necesidades mas profundas, no estaban siendo satisfechas y por poco y se destruy ó a sí misma.
Todos somos criaturas con necesidad. Fuimos creados de esa manera. Nuestras necesidades básicas no son excesivas pero si no las llenamos, estamos en problemas. Debemos tener alimentos, agua, aire, ropa, y techo. También algo por lo cual valga la pena vivir, y sobre todas las cosas, necesitamos amar y sentirnos amados.
Sin dar y recibir amor saltamos entre las sombras de la vida y podemos enfermarnos física y mentalmente o hasta morir antes de que fuese nuestro tiempo.
La revista , Time magazine, reportó que, “estudios sobre la salud han mostrado por largo tiempo que las personas solteras, viudas y divorciadas (que están solas) son más fácilmente victimas de las enfermedades que las personas que están casadas. Algunos ejemplos; la muerte de ataque cardíaco entre viudas de 25 a 34 años es cinco veces mayor que la de las mujeres casadas en el mismo grupo. Entre todas de esta misma edad las divorciadas son dos veces más probables que las casadas a tener cáncer del pulmón o de sufrir una embolia.”
En otras palabras, sencillamente, no podemos vivir sin amor y sin relaciones amorosas.
Uno de los dilemas con el amor humano es que en muchas ocasiones es condicional. Esto es, “si tú haces lo que yo te pido o eres quien yo quiero que seas, entonces te amaré. Si no, no te amaré.”
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