Encuentros Diarios
Agosto 08, 2024
Mejor juntos
Pero cuando los arresten, no se preocupen por lo que van a decir o cómo van a decirlo. En ese momento se les dará lo que han de decir, porque no serán ustedes los que hablen, sino que el Espíritu de su Padre hablara por medio de ustedes.1
Cuando era adolescente, no tenías que pedirme dos veces que me subiera a una montaña rusa. La emoción de la adrenalina acumulada me dio el valor para montar cualquier estilo de montaña rusa ¡siempre y cuando estuviera en un grupo y todos los demás también se subieran! No importaba lo asustada que estuviera, había seguridad en los números. Si hubiera estado sola, no había forma de que pudiera hacerlo y me habría perdido la emoción de esa aventura.
¡La misión de montaña rusa que Jesús tenía para sus discípulos en Mateo 10 fue grande! Me los imagino escuchando atentamente el plan de Jesús mientras sus ojos se abrían más y más. Sus palmas sudorosas eran una indicación de que sus corazones latían con fuerza y sus mentes se aceleraban. Les estaba encargando hacer algo fuera de su zona de confort. Sanar a los enfermos, expulsar demonios y resucitar a los muertos no son cosas pequeñas; ¡Definitivamente no es para los débiles de corazón! Jesús les estaba pidiendo que hicieran una obra que cambiaría la vida y que muy probablemente despertaría mucha atención y controversia. Jesús incluso les advirtió del peligro potencial, el odio y la pérdida de todas las cosas terrenales que apreciaban, como consecuencia de hacer la obra de Su Reino. Pero lo que marcaría la diferencia era que no se les pedía que lo hicieran solos. Se tendrían el uno al otro y Dios estaría con ellos en cada paso del camino.
No fue una coincidencia que Jesús enviara a los doce hombres juntos. No iban a un parque de diversiones, iban a la batalla. Se enfrentarían a enemigos tanto espirituales como físicos a medida que siguieran el llamado de Dios. Sin embargo, encontrarían fuerza y seguridad el uno en el otro. Se animaban el uno al otro cuando lo único que sentían era miedo. En algún momento pueden encontrarse con circunstancias que pueden ser demasiado difíciles para soportarlas solos.
Jesús nos estaba mostrando el poder de la comunidad; uno que es más fuerte cuando Él está en el centro, dándonos fuerza a través de las personas que nos rodean y que nos apoyan. No hay necesidad de pasar solo por los momentos aterradores de la vida. ¡Confía en tu equipo y sigue SU ejemplo!
Oración sugerida: Querido Señor, Tu amor hacia tus hijos no tiene comparación. Nos has dado mucho y estoy muy agradecida. Gracias por no dejarnos nunca. En el nombre de Jesús, Amén.
1. Mateo 10:19-20 (NVI).
El Encuentro de hoy fue escrito por: Verónica B.
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