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Enero 07, 2019

"El amor jamás dejara de existir."¹

De acuerdo a un artículo de Hoy en la Palabra, poco después del matrimonio de la Reina Victoria con el Príncipe Alberto, la pareja tuvo una pelea, tras lo cual el Príncipe Albert se había encerrado en su apartamento privado. La Reina Victoria furiosamente tocó a su puerta. 

"¿Quién está ahí?" preguntó Alberto. 

"La reina de Inglaterra y ella exige ser admitida."

 No hubo respuesta y la puerta permaneció cerrada. De nuevo la reina golpeó furiosamente. 

¿Quién está ahí?" preguntó Alberto nuevamente. La respuesta de la reina fue la misma… como fue la de Alberto. 

Después de golpear furiosamente de nuevo y sin respuesta llego una pausa silenciosa—y, a continuación, un suave toque en la puerta.

"¿Quién está ahí?" preguntó Alberto una vez más. 

"Tu esposa, Alberto" respondió la reina. Inmediatamente se abrió la puerta. 

Como lo señaló el autor de este artículo, "el amor abre puertas."  

¿Necesito decir algo más?

Se sugiere la siguiente oración: "Querido Dios, ayúdame a siempre hacer lo que este de mi parte para abrir las puertas y no cerrarlas. Gracias por escuchar y responder a mi oración. Con gratitud, en el nombre de Jesús, amén."

1. 1 Corintios 13:8 (NVI).

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