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Julio 10, 2019

“Bienaventurada la nación cuyo Dios es el Señor.â€�¹

George Anne Geyer una columnista sindicada y autora observó en forma muy inteligente: “He llegado a la conclusión de que sin la fe en Dios es imposible tener una nación o comunidad con moral, porque sin él rápidamente todo se convierte en ‘yo’ y el ‘yo’ sólo no tiene sentido… 

“Si alguien piensa que no hay una relación directa e inviolable  entre la integridad personal … y la prosperidad de la sociedad, esa persona no ha estudiado historia. Y esto no debe de sorprendernos. Las grandes sociedad morales que se construyen basándose en la fe en Dios, el honor, confianza y la ley crecen porque tienen armonía; porque, al final, ellos tienen una creencia en común en algo que está más allá de su alcance. 

“Alexis de Toqueville lo dijo mejor cuando se dio cuenta al inicio de nuestra vida  nacional: ‘América es grande porque América es buena. Si América deja de ser buena, dejará de ser grande.’â€�²

Y esto es verdad para Australia, Canadá, Gran Bretaña, México, nueva Zelanda, América del Sur, y el resto del mundo. Las naciones se hacen grandes y permanecen de esa manera sólo al grado en que ellas mantienen su moral y su honestidad y así retener la integridad en cada nivel de la sociedad y ellas han puesto y mantienen su fe en Dios y siguen sus mandamientos tal como se encuentran en su Palabra la cual dice, “Bienaventurada la nación cuyo Dios es el Señor.â€�¹ y “La justicia engrandece a las naciones; mas el pecado es la vergüenza de los pueblos.â€�³

La grandeza de una vida con morales y honestidad empieza con nosotros mismos.

Se sugiere la siguiente oración: “Querido Dios, hoy oro para que envíes un despertar moral y espiritual a mi país y permitas que ese despertar inicie conmigo. Gracias por escuchar y responder a mi oración. De todo corazón en el nombre de Jesús, Amén.â€� 

1. Salmos 33:12.
2. Bits & Pieces, Septiembre 17, 1992, p. 23-24.
3. Proverbios 14:34.

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