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Marzo 14, 2019

"Pero él quería justificarse, así que le pregunto a Jesús: '¿Y quién es mi prójimo?'"¹

"El peatonal no tenía ni idea a donde ir, así que lo atropellé." Esta, según la Compañía de Seguranza de Vida Metropolitan, ésta entre una lista de explicaciones que la compañía ha recibido para accidentes automovilistas.

Otros incluyen: "El otro carro choco contra el mío sin advertirme de su intención."

"Yo había estado conduciendo mi carro por 40 años cuando me dormí en el volante y tuve el accidente."

"Cuando llegue a la intersección, un arbusto surgió, ocultando mi visión."

"Me retire del lado del camino, voltee a ver a mi suegra, y me fui por el terraplén."

"El poste del teléfono venia rápidamente. Intente quitarme de su camino cuando choco contra el frente de mi carro."

"El hombre iba por todo el camino. Tuvo que moverse varias veces antes de que yo le chocara."

"La causa indirecta de este accidente era un hombre pequeño en un carro chico con una boca grande."

Pero Metropolitan dice que la razón más extraña de todas es, "Un carro invisible salió de repente, choco contra mi carro, y desapareció."

Supongo, como el abogado quien cuestiono a Jesús, es un rasgo humano que demasiados de nosotros queremos justificarnos cuando hacemos algo mal o fallamos hacer lo que sabemos que debemos hacer.

Sin embargo, solo es cuando somos honestos y admitimos nuestros errores que podemos aprender de ellos, crecer, y encontrar el perdón — de Dios y de otros. Como lo dijo Salomón, "Quien encubre su pecado jamás prosperara; quien lo confiesa y lo deja, halla perdón."²

Oración sugerida: "Querido Dios, por favor ayúdame a ser maduro y honesto lo suficiente para admitir cuando me equivoco, dejar de jugar el juego de culpar a otros, y aceptar plena responsabilidad por todas mis acciones. Gracias por escuchar y contestar mi oración. Te agradezco. En el nombre de Jesús, amen."

1. Lucas 10:29 (NVI).
2. Proverbios 28:13 (NVI).

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