Encuentros Diarios
Agosto 15, 2023
La Fuente de Nuestras Palabras
"Pero nadie puede domar la lengua. Es un mal irrefrenable, lleno de veneno mortal. Con la lengua bendecimos a nuestro Señor y Padre, y con ella maldecimos a las personas, creadas a imagen de Dios. De una misma boca salen bendición y maldición. Hermanos mÃos, esto no debe ser asÃ. ¿Puede acaso brotar de una misma fuente agua dulce y agua salada? Hermanos mÃos, ¿acaso puede dar aceitunas una higuera o higos una vid? Pues tampoco una fuente de agua salada puede dar agua dulce."1
¿Alguna vez has dicho algo y luego inmediatamente deseas poder recuperarlo? Esto me ha pasado, más de una vez desafortunadamente. No tengo intención de dañar a nadie, pero permito que mi opinión tome la iniciativa en lugar de permitir que el EspÃritu Santo hable a través de mÃ. Un beneficio de cometer errores es la oportunidad de aprender de ellos. He aprendido a analizar mis pensamientos antes de hablar y estoy aprendiendo a discernir cuando es de Dios y cuando sólo soy yo interponiéndome en el camino. Nuestras palabras son tan poderosas y tienen el potencial de ser una bendición para los que nos rodean, pero también pueden hacer un gran daño.
El pasaje de hoy nos recuerda la importancia de ser consistentes en nuestro discurso. La misma manera que usamos nuestra lengua para cantar alabanzas a Dios el domingo es de la misma manera que debemos usar nuestra lengua para edificarnos y hablar amor todos los dÃas. Me encanta la siguiente cita de John Piper:
"Cuando el corazón lleno del amor de Dios puede llenarse de la mente llena de la palabra de Dios, las bendiciones oportunas fluyen de la boca."
Somos humanos y en ocasiones reaccionaremos a las situaciones de manera negativa o sin pensar. Somos obras en progreso y, afortunadamente, Dios continúa moldeándonos en quien quiere que seamos. Pero incluso en nuestros dÃas malos, es posible seguir hablando amor a los que nos rodean. ¿Cómo? Al estar constantemente en la palabra de Dios y permitir que El viva y hable a través de nosotros. Cuanto más conozcamos a Dios y pasemos tiempo con él, más lo reflejaremos con nuestras palabras ante los que nos rodean.
Oración sugerida: Querido Dios, te pido que seas la fuente de mis palabras y acciones en todo momento. PermÃtame ser en reflejo de Ti continuamente ante los que encuentro. Te pido que me des sabidurÃa y que protejas mi lengua de cualquier cosa que no sea de ti. PermÃteme conocerte más para que mi vida sea guiada por Tu Palabra y amor. Por favor deja que otros te vean y te escuchen en mÃ. Gracias por escuchar y responder a mi oración. En el nombre de Jesús. Amén.
1. Santiago 3:8-12 (NVI).
El Encuentro de hoy fue escrito por: Crystal B.
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