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Encuentros Diarios
Diciembre 18, 2024
Un llamado a la grandeza
Recuerden, amados hermanos, que pocos de ustedes eran sabios a los ojos
del mundo o poderosos o ricos cuando Dios los llamó. En cambio,
Dios eligió lo que el mundo considera ridÃculo para
avergonzar a los que se creen sabios. Y escogió cosas que no tienen poder para
avergonzar a los poderosos. Dios escogió lo despreciado por el mundo—lo
que se considera como nada— y lo usó para convertir en nada lo que el mundo
considera importante. Como resultado, nadie puede jamás jactarse en
presencia de Dios.1
A veces vemos que cuanto
más educadas se vuelven las personas, menos tienden a creer y confÃan
plenamente en Dios. Esto no siempre es asÃ, pero es algo que he visto suceder a
lo largo de los años. Las personas comienzan a confiar tanto en su propio
conocimiento y comprensión que batallan en confiar y tener fe. Todo debe ser
tangible y probado para que lo consideren como verdad.
Tal vez por eso, como
vemos en el pasaje de hoy, Dios elige especÃficamente “lo que el mundo considera ridÃculo para avergonzar a los que se creen
sabios. Y escogió cosas que no tienen poder para avergonzar a los
poderosos. Dios escogió lo despreciado por el mundo—lo que se considera
como nada— y lo usó para convertir en nada lo que el mundo considera importante". Dios no ve
nuestros logros o intelecto como un requisito para ser
elegido y utilizado por él. Todo lo que
necesita es un corazón dispuesto.
Ahora bien, esto no es
para hacernos sentir como si fuéramos menos de alguna manera. Por el contrario,
cuando estamos en este estado de humildad, Dios puede
edificarnos para su gloria equipándonos con sabidurÃa, dones espirituales y las
herramientas necesarias para ser quienes quiere que seamos. A medida que Dios
obra en nuestra vida, nuestro conocimiento y
comprensión crecen.
Dios no nos llama para dejarnos en el
estado en que nos encontró. ¡Nos llama a la grandeza! Cuando vivimos bajo Su
voluntad y dirección, experimentamos Sus bendiciones, las cuales pueden en
venir en diversas formas. La Biblia dice, "Estoy convencido de esto: el que comenzó tan buena obra en ustedes la
irá perfeccionando hasta el dÃa de Cristo Jesús."2
No nos concentremos en
llegar a ser importantes a los ojos del mundo, sino que fijemos nuestros ojos
en Jesús, Permitámosle hacer su obra en nuestras vidas, y seamos utilizados por
él para algo más grande de lo que podrÃamos imaginar.
Oración sugerida: Querido Dios, gracias porque no miraste lo que
era cuando me llamaste, sino quién podrÃa ser. Gracias por no ver
mis defectos, sino verme a través de la sangre de tu Hijo, Jesús, que me ha
hecho puro y libre. Ayúdame a concentrarme en ti y esforzarme por ser más como
Jesús cada dÃa. No dejes que
me obsesione tanto en ser sabio o
inteligente en los ojos del mundo, que te pierda de vista a Ti y la grandeza a
la que me has llamado. Gracias por escuchar y contestar mi oración. En el
nombre de Jesús, amén.
1. 1
Corintios 1:26-29 (NTV).
2. Filipenses
1:6 (NVI).
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