Encuentros Diarios
Abril 01, 2024
El Amor Más Grande
"Conocemos lo que es el amor verdadero, porque Jesús entrego su vida por nosotros. De manera que nosotros también tenemos que dar la vida por nuestros hermanos.â€1
El profesor Bruce Riggins, del Seminario Teológico McCormick, conoció a una mujer cristiana muy dedicada que trabajaba con personas desfavorecidas en Londres. Pregunto qué era lo que inspiró su fe y su acción. Ella le contó esta historia: “Yo era judÃa huyendo de la Gestapo en Francia durante la Segunda Guerra Mundial. SabÃa que estaba cerca de ser atrapada y querÃa rendirme. Me escondÃa en una casa en Francia y una viuda vino y dijo que era hora de huir. ‘No sirve de nada’, le dije, ‘Me encontrarán de todos modos. Están tan cerca.’ Esta viuda cristiana respondió: ‘SÃ, encontrarán a alguien aquÃ, pero es hora de que te vayas. Ve con esta gente a un lugar seguro. Voy a mantener tu identificación y esperar aquÃ.’
Luego entendà el plan; la Gestapo encontrarÃa a la viuda y pensarÃa que era la judÃa que huÃa. Cuando pregunte por qué, la viuda respondió: ‘Es lo menos que puedo hacer, Cristo ya ha hecho eso y más por mÃ’. La viuda fue capturada y encarcelada, permitiendo que yo escapara. En seis meses murió en un campo de concentración. Nunca lo he olvidado.â€
Ella también se convirtió en seguidora de Jesucristo y vivió su vida por los demás. Ella dijo que vino a Cristo por medio del amor más grande que una persona puede dar: el sacrificio propio.2
Asà es exactamente como Jesús compró la salvación para nosotros – Fue atrapado en nuestro pecado para que nosotros pudiéramos escapar. Eligió morir en nuestro lugar para que pudiéramos tener perdón a través de su sangre y una relación personal con Él. Nunca podremos pagar lo que él ha hecho por nosotros, pero podemos vivir nuestra vida de una manera que lo honre. Jesús sirvió desinteresadomente a los demás por amor, tanto que dio su vida. Sirvamos también a los demás fielmente y compartamos el amor y la misericordia que hemos recibido.
Oración sugerida: Querido Jesús, gracias por la resurreccion. No permitas que olvidemos Tu sacrificio y el perdón y el amor incondicional que hemos recibido por ello. Pido que me ayudes honrarte y glorificarte en la forma en que amo y sirvo a los demás. Que otros lleguen a conocerte a través del ejemplo que doy. En Tu nombre te lo pido, Amén.
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1 Juan 3:16 (NTV).
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www.sermoncentral.com
El Encuentro de hoy fue escrito por: Crystal B.
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