|
Encuentros Diarios
Julio 25, 2024
El poder de la Palabra de Dios
"Toda la escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia, a fin de que el siervo de Dios este enteramente capacitado para toda buena obra."1
El 7 de octubre de 1857, C. H. Spurgeon predicó a su mayor audiencia de la historia, unos 23,654 reunidos en el gigantesco Palacio de Cristal para un dÃa nacional de ayuno y oración. Unos dÃas antes del evento, Spurgeon habÃa ido a la enorme sala para probar la acústica. Al entrar en el púlpito, levantó la voz como una trompeta de plata y proclamó:
"¡He aquà el cordero de Dios que quita el pecado del mundo!"
Entonces Spurgeon repitió el versÃculo de nuevo: "¡He aquà el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo!"
Satisfecho con la acústica, se fue y siguió su camino.
Él no sabÃa, pero habÃa dos hombres trabajando en las vigas de ese gran auditorio, ninguno de los dos eran cristianos. A uno de los hombres le tocaron estas palabras en su conciencia del verso citado y se convirtió en creyente más tarde ese dÃa. ¡Tal es el poder penetrante de la palabra eterna de Dios!
No es de extrañar que Pablo insista tanto en que prediquemos la Palabra. En 2 Timoteo 4:2 nos da el cargo: "Predica la Palabra; persiste en hacerlo, sea o no sea oportuno; corrige, reprende y anima con mucha paciencia, sin dejar de enseñar." En este caso, predicar la palabra no sólo se aplica a los predicadores, sino también a todos los seguidores de Cristo. Debemos estudiar la palabra de Dios y aplicarla a nuestra vida, para que podamos estar listos para compartirla con los demás siempre que tengamos la oportunidad. Esto no significa que tengamos que estar constantemente "predicando a la gente" con nuestras palabras, pero significa que debemos estar viviendo la Palabra de Dios dondequiera que vayamos. Nunca sabemos quién escuchará (u observará) o cuándo es el momento de Dios para que encuentren la salvación, pero nuestro trabajo es ser fieles, compartir constantemente y confiar en que la palabra de Dios es poderosa para hacer lo que necesita hacer en nuestra vida y en la vida de los demás.
Oración sugerida: Querido Dios, gracias por tu Palabra y su poder. Gracias también por tu EspÃritu Santo que vive dentro de mÃ. Te pido que me ayudes a ser un hacedor de tu palabra, para que pueda compartir constantemente tu Palabra con los demás, no sólo con mis palabras, sino con mi vida en general. Pido que me utilices para llegar a las personas que necesitan escuchar Tu Palabra hoy. Gracias por escuchar y responder a mi oración. En nombre de Jesús, amén.
El Encuentro de hoy fue escrito por: Crystal B.
|
|