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Noviembre 08, 2023

"Y ahora, oh, Señor, escucha sus amenazas y danos a nosotros, tus siervos, mucho valor al predicar tu palabra."¹

Pedro y Juan habían estado ministrando fielmente, enseñando que Jesús había resucitado de la muerte. Su enseñanza y la sanidad de un hombre cojo atrajeron algo de atención de los líderes judíos, los ancianos y los maestros de la ley, por lo que fueron arrestados e interrogados. Si lees los primeros versículos de Hechos 4, ¡podrías pensar que estos hombres no tenían miedo! Se presentaron valientemente ante el Consejo y respondieron a las preguntas que se les hacían. Hechos 4:13 dice, "Los miembros del Concilio quedaron asombrados cuando vieron el valor de Pedro y de Juan, porque veían que eran hombres comunes sin ninguna preparación especial en las Escrituras." Sin embargo, más tarde vemos que son liberados con una amenaza...  nunca podían volver a enseñar en el nombre de Jesús. Y aunque vemos la valiente respuesta de Pedro y Juan, esta fuerte advertencia infundía miedo.

Nuestra respuesta natural a tales amenazas podría ser retirarnos para evitar más consecuencias. Sin embargo, Pedro y Juan se unieron a otros creyentes, y juntos oraron a Dios. Ellos creían y confiaban en que Dios los tenía allí por una razón, y querían ser obedientes y continuar la obra que Dios había puesto delante de ellos, así que en lugar de pedirle a Dios que milagrosamente hiciera desaparecer la oposición, pidieron valor para hablar el mensaje de Dios. Después de orar, fueron llenos del Espíritu Santo y Dios les concedió el valor por la que oraron.

Todos tenemos miedos. De eso no hay duda. A menudo, nos sentimos tentados a ceder a estos temores y dejar que nos impidan hacer lo que Dios nos ha llamado a hacer. En lugar de ceder al miedo, necesitamos avanzar confiando en que Dios proveerá lo que necesitamos para enfrentar audazmente la oposición que podamos encontrar. El miedo solo crece cuando dejamos que nos detenga. Sin embargo, nuestra fe puede crecer más que nuestro temor cuando obedecemos a Dios y continuamos dando pasos hacia adelante. Nuestros temores disminuirán cuando elijamos abrazar el valor que tenemos en Cristo y Su Espíritu que vive dentro de nosotros.

Oración sugerida: Querido Dios, hay momentos en que el miedo parece meterse y trata de desalentarme. En esos momentos, oro para que me ayudes a confiar en ti y seguir avanzando paso a paso. Gracias porque independientemente de lo que yo enfrente, siempre estás conmigo. Gracias por escuchar y responder a mi oración. En el nombre de Jesús, amén.

1. Hechos 4:29 (NTV).

El Encuentro de hoy fue escrito por: Crystal B.