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Encuentros Diarios
Junio 17, 2024
La fidelidad de un padre
"El Señor tu Dios marcha al frente y peleara por ustedes, como vieron que lo hizo en Egipto y en el desierto. Por todo el camino que han recorrido, hasta llegar a este lugar, ustedes han visto como el Señor su Dios los ha guiado, como lo hace un padre con su hijo."1
David Kraft era un hombre grande y fuerte, todo músculo. A la edad de 32 años, midió seis pies, dos pulgadas de alto y pesaba 200 libras. HabÃa estado en seminario y terminó trabajando con la Comunidad de Atletas Cristianos, debido a su formación atlética.
Luego le diagnosticaron cáncer. Le sacudió el cuerpo, y con el tiempo, bajó de 200 libras a 80 libras. Cuando estaba a punto de pasar de esta vida a la eternidad, le pidió a su padre que entrara en su habitación del hospital. Acostado en la cama, miró hacia arriba y dijo: "Papá, ¿recuerdas cuando era un niño pequeño cómo solÃas sostenerme en tus brazos cerca de tu pecho?"
El padre de David asintió con la cabeza. Entonces David dijo: "¿Crees, papá, que podrÃas hacer eso una vez más? ¿Una última vez?"
Una vez más, su padre asintió con la cabeza. Se inclinó para recoger a su hijo de 32 años, seis pies, dos pulgadas y 80 libras, y lo sostuvo cerca de su pecho, de modo que la cara del hijo estuviera justo al lado de la cara del padre. Las lágrimas corrÃan por ambas caras, y el hijo le dijo a su padre: "Gracias por construir el tipo de carácter en mi vida que me puede permitir enfrentar incluso un momento como este".
Vivimos en un mundo lleno de pecado y, inevitablemente, nuestros hijos enfrentarán muchos desafÃos en el camino. Sin embargo, ahà es donde interviene un Padre. En su papel, como lÃder en el hogar, Dios le ha dado la oportunidad de invertir en la construcción del carácter de sus hijos e inculcarles los caminos del Señor. Si les damos a nuestros hijos una base firme, puesta en Cristo, entonces podemos confiar en que serán capaces de enfrentar lo que venga en su camino. Puede que no podamos evitar que experimenten dolor y dificultades, pero podemos asegurarles que nunca enfrentarán estas pruebas solos porque Jesús siempre está con ellos, y como padres humanos, los amaremos y los llevaremos en los brazos también.
Oración sugerida: Querido Padre Celestial, permÃteme ser un ejemplo de Ti para mis hijos. Dame la fuerza para invertir en el desarrollo de su carácter y establecer una base firme construida sobre ti. Deja que mi vida demuestre activamente la paz, la alegrÃa, el amor y la fuerza que proviene de poner nuestra confianza y esperanza en ti. Te pido que sea lo que sea que mis hijos enfrenten en esta vida, que los sostengas tal como me has sostenido a mÃ. Gracias por escuchar y responder a mi oración. En el nombre de Jesús, amén.
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Deuteronomio 1:30-31 (NVI).
El Encuentro de hoy fue escrito por: Crystal B.
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