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Encuentros Diarios
Febrero 17, 2025
Cambiado a su imagen
Asà que, todos nosotros, a quienes
nos ha sido quitado el velo, podemos ver y reflejar la gloria del Señor. El
Señor, quien es el EspÃritu, nos hace más y más parecidos a él a medida que
somos transformados a su gloriosa imagen.1
La palabra "transformados"
en el versÃculo anterior es en realidad el verbo de la palabra griega
"metamorfosis". Este es el término que usamos para describir la
transformación que convierte a una simple oruga en una hermosa mariposa, y es el cambio que nuestra salvación produce
en nosotros. Y aunque no siempre nos guste el cambio, esto es algo que todos
necesitamos.
Desde el momento de nuestra
salvación, el EspÃritu Santo obra dentro de nosotros para cambiar nuestra
naturaleza pecaminosa a la naturaleza de Cristo. Este no es un cambio
superficial que cambia nuestra apariencia externa, sino más bien un cambio que
va mucho más profundo, cambiando nuestros corazones y mentes. Cada uno de
nosotros puede luchar con diferentes pecados, y algunos pueden tardar más en
superarse (como el orgullo, los chismes, los celos, la ira, etc.). Cualquiera
que sea el problema, una cosa está clara: Todos nosotros necesitamos ser
cambiados, y este cambio vendrá cuando nos rindamos y nos sometamos a la
autoridad de Dios en nuestras vidas. Dios nos ha salvado del pecado y de la
separación eterna de Él a través de su Hijo, Jesús, para que finalmente
pudiéramos ser cambiados para ser cada vez más como Él.
La imagen de Cristo que este cambio
produce en nosotros se reflejará en nuestras actitudes, deseos y acciones.
Cuanto más nos volvamos como Cristo, más evidentes serán los frutos del
EspÃritu, como se menciona en Gálatas 5:22-23, en nuestras vidas.
La salvación que Dios nos ha dado es
un don incomparable que no debemos dar por sentado. El plan de Dios para
nosotros, y la obra en nosotros, comienza en el momento de la Salvación, pero
es un viaje continuo a medida que llegamos a conocer y modelar el carácter de
Cristo al pasar tiempo con Él. También hay veces que Dios permitirá que las
tentaciones y las pruebas en nuestras vidas jueguen un papel en nuestro proceso
de transformación, e incluso entonces, a pesar de lo difÃcil que sea, podemos
elegir someternos y rendirnos a la perfecta voluntad de Dios. Que
nuestro mayor deseo sea ser transformados a la imagen gloriosa de Cristo y
aceptar la metamorfosis que Dios quiere para nosotros.
Oración sugerida: Querido Dios,
gracias por el don de la salvación a través de Jesús. Te pido que me hagas moldeable
y enseñable para que puedas transformarme para que sea más como tú. Que este
sea el deseo de mi corazón. Gracias por escuchar y contestar mi oración. En el
nombre de Jesús, Amén.
2 Corintios 3:18 (NTV).
El Encuentro de hoy fue escrito por: Crystal B.
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