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Noviembre 04, 2022

"Sin embargo, cuando Daniel oyó que se había firmado la ley, fue a su casa y se arrodillo como de costumbre en la habitación de la planta alta, con las ventanas abiertas que se orientaban hacia Jerusalén. Oraba tres veces al día, tal como siempre lo había hecho, dando gracias a su Dios."¹

Daniel es uno de mis personajes favoritos en la Biblia. Desde su juventud, fue un ejemplo de devoción y obediencia a Dios en medio de sus circunstancias. Incluso cuando se enfrentó a amenazas de muerte, se mantuvo fiel y dio gracias a Dios.

Durante el reinado del rey Darío, Daniel fue colocado como uno de los tres altos funcionarios que se colocaron en todo el reino. Algunas personas se pusieron celosas de Daniel y trataron de encontrar fallas en él para acusarlo ante el rey. Cuando no pudieron encontrar error en él, decidieron tratar de atacar su fe. Engañaron al rey para que estableciera una ley en la que no se podían hacer peticiones a ningún dios u hombre además del rey. Los funcionarios celosos hicieron esto porque sabían de la estrecha relación de Daniel con Dios y su fidelidad a Él. Cuando Daniel se enteró de esto, podría haberse enojado con Dios y haberle acusado de injusticia, pero en cambio se fue a casa e hizo lo que siempre hacia... oró y dio gracias a Dios.

Sería interesante saber por lo qué Daniel agradeció a Dios ese día. ¿Fue por Su provisión constante? ¿Su fidelidad en todas las circunstancias? ¿Su amistad y el hecho de que nunca estuvo solo? Todo esto era cierto, incluso si Dios hubiera elegido no rescatar a Daniel del foso de los leones después de haber elegido obedecer a Dios sobre el decreto del rey. Daniel eligió expresar gratitud y permanecer fiel independientemente de lo que le sucediera, y Dios lo protegió.

¡El Dios de Daniel es el mismo Dios que adoramos y servimos hoy! Su fidelidad, bondad, protección, provisión y amistad no han cambiado. Elige poner a Dios por encima de todo, expresa tu gratitud a Dios diariamente por quién es Él y permanece fiel a Su llamado en tu vida.

Oración sugerida: Querido Dios, gracias por quién eres y por todo lo que has hecho. Tú eres mi Dios, mi protector, mi proveedor y mi amigo. Te amo, Señor. En el nombre de Jesús, amén.

1. Daniel 6:10 (NTV).