|
Encuentros Diarios
Diciembre 05, 2022
Buen Rey Wenceslao
Y el Rey les dirá: "Les digo la verdad, cuando
hicieron alguna de estas cosas al más insignificante de estos, mis hermanos, ¡me
lo hicieron a mÃ!"1
Wenceslao nació
en Checoslovaquia a principios de los años 900. Su padre, el gobernante checo,
le dio una buena educación supervisada por su abuela piadosa. Cuando su padre
murió, Wenceslao, al ver a su madre manejar mal los asuntos de estado,
intervino, a los 18 años, para tomar las riendas del gobierno. Desde el
principio, demostró ser un tipo diferente de rey. Buscó buenas relaciones con
las naciones vecinas y alentó la construcción de iglesias. Lo más peculiar de
este nuevo rey fue su sincera preocupación por los pobres.
El pueblo de la
República Checa habÃa caÃdo en tiempos difÃciles. Una noche, mientras miraba
por la ventana, vio cómo un hombre pobre recogÃa madera. El rey le pidió a su
sirviente que averiguara dónde vivÃa el pobre hombre y que lo ayudara a llevar
carne, bebida y leña a su casa. Mientras el rey y su sirviente se aventuraban
en una noche muy frÃa, el sirviente luchaba por caminar en la nieve. El rey le
dijo a su sirviente que siguiera y pisara sus huellas para hacer su caminar por
el suelo helado un poco más fácil. Milagrosamente, cada vez que el sirviente
colocaba su pie donde habÃa estado el pie del rey, los pies del sirviente se
calentaban. Y asÃ, entregaron la comida y ayudaron a la familia. La noticia de
la generosidad del rey se extendió por el campo, alentando a otros a ser tan
generosos como su rey. La última estrofa de este querido villancico dice:
"En los pasos de su amo pisó,
donde estaba la nieve;
El calor estaba en las misma pisada
que el santo habÃa impreso.
Por lo tanto, hombres cristianos,
estad seguros, aunque posee riqueza o rango,
Vosotros, que ahora bendeciréis a
los pobres, hallaréis bendición".2
En Navidad, y
durante todo el año, tenemos oportunidades de bendecir a otros. Ricos y pobres
por igual pueden ser bendecidos por un espÃritu generoso. En este tiempo de
dar, recordemos los actos de bondad compartidos por el buen rey Wenceslao y
sigamos sus pasos semejantes a los de Cristo.
Oración sugerida:
Querido Señor, oro para que esta Navidad me uses para ser tus manos y pies para
bendecir a los que me rodean. Pido que abras mis ojos a la necesidad que me
rodea y que sea bendecido al bendecir a otros. En el nombre de Jesús, Amén.
Mateo 25:40. "El buen rey Wenceslao", 1854, John M.
Neale, Cuento sueco.
El Encuentro de hoy fue escrito por: Veronica B.
|
|