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Encuentros Diarios
Diciembre 29, 2022
Todo por una sonrisa
El Señor te mire con agrado y te extienda su amor; el Señor
te muestre su favor y te conceda la paz.1
Originalmente llamado "El villancico del
tambor", "El Niño del Tambor" cuenta la historia de un niño que
fue invitado por los Reyes Magos a la Natividad de Jesús. Tenían hermosos
regalos para presentar al nuevo Rey, pero el niño no tenía nada que darle al
niño Jesús, excepto tocar una canción para Él en su tambor. El niño, deseando
honrar al Rey, toca lo mejor que puede y, a cambio, el Salvador recién nacido
le sonríe.
La tierna melodía y "pa-rum pa-pum, pum” que se ha vuelto tan querida en esta temporada nos da una
gran lección en la forma del Mandamiento Más Grande: Y él le dijo:
"Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda
tu mente. Este es el gran y primer mandamiento. 2 Ese pequeño tamborista le dio al Señor todo lo que
tenía para dar, y lo dio con todo su corazón. Jesús, viendo la humildad detrás
del regalo, sonrió.
Jesús vio más
allá de los ricos y los pobres y miró directamente a sus corazones. Aceptó los
elegantes regalos y la humilde canción porque ambos fueron ofrecidos con un
corazón puro. Dios no está interesado en nuestros regalos, lo que más desea es nuestra presencia. La
Biblia nos insta a hacer todo "para la gloria de Dios"3, ya sea tocar un tambor, servir a los pobres o
compartir el mensaje de Navidad; el regalo que traemos a Jesús, que lo hace
sonreír, depende totalmente de la condición de nuestro corazón.
Recientemente,
una mujer entró en una organización caritativa y entregó una maleta llena de
artículos nuevos destinados a bendecir a una persona sin hogar. Antes de irse,
pidió un recibo de impuestos porque necesitaba asegurarse de reclamar su
"donación" en su declaración de impuestos. El empleado se detuvo y
dijo: "Entonces no es realmente una donación, ¿verdad?" Al igual que
la persona que publica sus selfies de "trabajo caritativo" en las
redes sociales, muchas personas realmente no lo hacen para la gloria de Dios,
sino para su propia gloria. Me pregunto si Dios está sonriendo.
A medida que esta
temporada navideña llega a su fin y nos dirigimos a un nuevo año, que nuestras
ofrendas tengan un propósito, ya sea nuestro tiempo, dinero o talento, que sea
únicamente para hacer sonreír a Jesús.
Oración sugerida:
Amado Señor Celestial, no tengo mucho que dar; No tengo talentos
extraordinarios, pero deseo hacerte sonreír. Hoy traigo ante Ti mi corazón en
adoración y Te pido que lo llenes con un amor desinteresado para servir a los
demás sin pedir ningún elogio o mérito a cambio. Te amo, Señor. En el precioso
nombre de Jesús, Amén.
1.
Números
6:25-26.
2.
Mateo
22:37-38.
3.
1
Corintios 10:31.
El Encuentro de
hoy fue escrito por: Veronica B.
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