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Encuentros Diarios
Febrero 22, 2023
Amor sacrificial
"Asà que Jacob
trabajó siete años para obtener a Raquel; pero su amor por ella era tan fuerte
que le parecieron unos pocos dÃas".1
Jacob fue uno de los
hijos gemelos nacidos de Isaac y Rebeca. Desde el principio, Jacob fue un
engañador y el hijo favorito de su madre. Juntos, él y su madre ejecutaron un
plan para robar la primogenitura y la bendición de su hermano Esaú. Debido a
sus malas decisiones, Jacob se vio obligado a huir debido a la ira de su
hermano y dejar atrás a su familia. Durante su tiempo con parientes en otra tierra,
conoció al amor de su vida, Raquel. Jacob pudo haber estado acostumbrado a que
las cosas fueran fáciles o a tener la ayuda de su madre para obtener lo que
querÃa, pero aquà estaba solo y, si iba a ganarse el derecho de casarse con Raquel,
iba a tener que trabajar ... ¡muy duro!
Además del trabajo
fÃsico, su futuro suegro lo engañó para que se casara con Lea, que era la
hermana mayor de Raquel. En lugar de trabajar siete años, terminó sirviendo a
su suegro siete años más para tener a Raquel como su esposa también. A pesar de
sus errores, Jacob finalmente aprendió las lecciones necesarias, abrazó la
humildad e hizo las paces con su hermano. Debido a su arrepentimiento, fue
bendecido por Dios.
Al igual que Jacob,
nosotros también hemos cometido errores. Nuestro pecado nos habÃa separado de
Dios, y la pena era demasiado alta para que pudiéramos pagarla. Jacob estaba dispuesto a trabajar para Raquel
por amor, ¡pero el amor de Dios por nosotros es incomparable! Él nos vio con amor
y misericordia, y envió a Jesús como el máximo sacrificio por nuestros pecados.
Fue por esto que ahora podemos reconciliarnos con Dios y tener una relación
personal con Él. Por amor a nuestro Salvador, también debemos sufrir
voluntariamente por causa de Cristo. Este sufrimiento se ve diferente para
todos nosotros, pero sabemos que si somos fieles y perseveramos, alcanzaremos
el premio final cuando veamos a Jesús cara a cara un dÃa.
Oración sugerida:
Querido Jesús, gracias por amarme tanto que sacrificaste tu vida para salvarme.
Ayuda a que mi amor por ti sea tan grande que yo también pueda sacrificar
voluntariamente lo que me pides para engrandecer tu Reino. Gracias por escuchar
y contestar mi oración. En el nombre de Jesús, amén.
1. Génesis 29:20 (NTV).
El Encuentro de hoy fue
escrito por: Crystal B.
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