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Encuentros Diarios
Mayo 15, 2023
Dulce liberación
Ahora bien, la fe es la garantÃa de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve... Por la fe Moisés, recién nacido, fue escondido por sus padres durante tres meses porque vieron que era un niño precioso, y no tuvieron miedo del edicto del rey.1
Esta semana, durante nuestra lectura nocturna, mi hija y yo leÃmos un libro que tuvo lugar en los bosques de Australia. LeÃmos una escena traumática en la que un canguro y su joey se convirtieron en presa de una manada de dingos. El canguro corrió y saltó tan alto y rápido como pudo, pero su bebe, que llevaba con seguridad en su bolsa, la agobió. En estos casos, un canguro dejará caer a su bebé y permitirá que el depredador continúe agarrándola, mientras se da a sà misma y a su hijo su mejor oportunidad de supervivencia; ¡Sabiendo que tal vez no lo vuelva a ver! Mientras leÃa esta escena, no pude evitar sentir tristeza, tanto por la madre como por él bebe, y la forma en que la vida los separó tan cruelmente.
Al igual que este canguro y su bebé, Moisés también fue cruelmente separado de su madre, Jocabed. Cuando Faraón persiguió la muerte de todos los bebés varones hebreos, Jocabed no tuvo más remedio que dejar a su hijo en un rÃo para darle su mejor oportunidad. ¡Qué angustia debe haber sentido al hacerlo! Sin embargo, al mismo tiempo, ella confió en Dios con todo su corazón y cuando dejo ir a su hijo, ¡Jocabed lo puso en las manos del Señor!
Mientras nuestros hijos son pequeños, los abrazamos con fuerza cuando podemos, observamos sus pasos y los protegemos del daño. A medida que crecen, lentamente comenzamos a soltar sus manos y les permitimos caminar solos, observando a una distancia cercana. Pronto, llega el dÃa en que los "dejemos ir" de nuestro cuidado y salen a un mundo incierto. En este dÃa, confiamos a nuestros hijos al Señor, y podemos confiar en que Él pondrá exactamente a quienes necesitan en su camino, desde maestros hasta supervisores e incluso amigos. Podemos confiar en que Dios tiene un plan perfecto para nuestros hijos que es mucho mejor que cualquier plan que pudiéramos haber tenido para ellos. Dios los creó con un propósito, y lo verá cumplido en Su tiempo. Y aunque es difÃcil de imaginar, ¡podemos confiar en que Dios ama a nuestros hijos más de lo que nosotros podrÃamos hacerlo!
Liberar a nuestros hijos requiere una gran fe, ya sea que seas una nueva madre el primer dÃa de clases o una madre madura que suelta a su hijo a la edad adulta. Confiar en que Dios es fiel y tiene un hermoso plan para nuestros hijos nos permite el valor de enfrentar la dulce liberación en Sus manos.
Oración sugerida: Amado Padre Celestial, usted, mejor que nadie, sabe lo difÃcil que es dejar ir a su hijo a un mundo desconocido. ConfÃo en ti para ayudarme a liberar a mis hijos sabiendo que estarás allà justo al lado de ellos. Gracias por sus promesas. En el nombre de Jesús, Amen.
1. Hebreos 11:1, 23 (NVI).
El Encuentro de hoy fue escrito por: Veronica B.
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