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Mayo 22, 2023

Algunas mujeres miraban de lejos, entre ellas, María Magdalena, María (la madre de Santiago el menor y de José), y Salome. Eran seguidoras de Jesús y lo habían cuidado mientras estaba en Galilea. También estaban allí muchas otras mujeres que habían venido con él a Jerusalén.¹

Hay algunas mujeres en la Biblia que con frecuencia son pasadas por alto; Salomé es una de ellas. Vale la pena echar un segundo vistazo a esta mujer rara vez mencionada. Ella era la esposa de Zebedeo, y la madre de Santiago y Juan, discípulos de Jesús. Salomé misma había seguido a Jesús desde el comienzo de su ministerio público y poco después, sus hijos fueron escogidos por Jesús para estar entre sus doce discípulos. Jesús pasó mucho tiempo en su ciudad natal de Capernaum y era un visitante frecuente en la casa de Zebedeo. Debido a la relación que sus hijos mantuvieron con Jesús, Salomé llegó a conocer a Jesús personalmente y muy probablemente le cocinó y le sirvió regularmente, ¡lo que en sí mismo fue un honor y un privilegio!

Como la mayoría de los padres, Salomé quería lo mejor para sus hijos; y en este caso, ¡ese era Jesús! También como la mayoría de las madres cristianas, hizo todo lo posible para criar a sus hijos como ciudadanos honrados y hombres de Dios. Pero sus muchachos lo hicieron difícil a veces, ¡tanto que Jesús mismo les dio a estos jóvenes traviesos su apodo, "hijos del trueno"! Salomé a veces era demasiado entusiasta en su ambición por la relación de sus hijos con Jesús. En un momento dado, ella fue tan lejos como para pedirle al Señor que le diera a cada uno de sus hijos un lugar a cada lado de Él en el cielo (Mateo 20:20-21). Aunque su petición era errónea, algunos podrían decir incluso egoísta, ella había seguido a Jesús tan fielmente que sabía que Él la escucharía. Jesús negó la petición de Salomé (v.22-24), pero de ninguna manera la desanimo de seguir a su Salvador. En el versículo de hoy, encontramos a Salomé en la cruz junto con otras mujeres que también fueron fieles seguidoras de Jesús.

No sabemos mucho más acerca de Salomé, excepto que ella era una esposa y madre de hijos que servían al Señor. Sabemos que ella fielmente siguió y sirvió a Jesús, y eso es suficiente para hacerla una mención honorable en la historia de Jesús. ¿Seremos mencionados por nuestro nombre en el libro de Jesús por nuestra fidelidad a Él?

Oración sugerida: Querido Señor, gracias por usar a Salomé como un ejemplo de fidelidad para los padres en todas partes. Debido a su devoción hacia ti, sus hijos caminaron estrechamente contigo, y los llamaste tus amigos. ¡Oh, que mis hijos también puedan estar entre tus amigos! Gracias porque podemos venir confiadamente a tu trono de gracia y presentar nuestras peticiones ante ti. En el nombre de Jesús, Amén.

1.    Marcos 15:40-41 (NTV).

El Encuentro de hoy fue escrito por: Verónica B.