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Encuentros Diarios
Agosto 25, 2023
Tesoro
Pues tu eres un pueblo santo porque perteneces al Señor tu Dios. De todos los pueblos de la tierra, el Señor tu Dios te eligió a ti para que seas su tesoro especial.1
Muchos de nosotros tenemos una colección de pequeños tesoros especiales a los que nos hemos aferrado durante muchos años. Notas de una persona especial, talones de boletos para un lugar o espectáculo favorito, premios o medallas, joyas que se han pasado de generación en generación, son todos artÃculos que consideramos tesoros y los apreciamos en nuestros corazones. Hemos seleccionado cuidadosamente esos casos de los momentos de toda una vida. De vez en cuando, podemos sacarlos de su lugar especial y recordar las memorias que fueron hechas por cada uno; cada recuerdo causando sentimientos cálidos y dulce nostalgia. Ya sea que tengas o no una "caja del tesoros", probablemente tengas cosas, o personas, que son "tesoros" para ti.
A un grupo de niños se les preguntó qué consideraban un tesoro. Diferentes respuestas comenzaron a llenar la habitación: dinero, joyas, autos, juguetes y juegos favoritos, notas y tarjetas. Las respuestas iban desde lo material hasta lo sentimental. Luego se le preguntó al grupo: "Si Dios tuviera una caja del tesoro, ¿qué habrÃa en ella?" Después de un momento de reflexión, las respuestas comenzaron una vez más: ¡Arco iris, océanos, montañas, oro! Dios definitivamente tiene tesoros, pero sus "tesoros especiales" provienen de aquellos de nosotros que hemos confiado en Jesús como Salvador.
En los primeros libros del Antiguo Testamento, leemos acerca de los israelitas, el pueblo escogido de Dios, y su viaje a través del desierto hacia la Tierra Prometida. Vemos cómo Dios personalmente los guio y cuidó de ellos. Él escuchó sus quejas y aun asà proveyó para ellos, porque eran Su pueblo atesorado (Deuteronomio 7: 6). Cuando venimos a Dios, en toda nuestra debilidad y con todas nuestras quejas y nos entregamos a Su guÃa y cuidado, ¡nosotros también nos convertimos en Su pueblo, Su tesoro! De la inmensidad del universo que Dios ha creado y de los miles de millones de personas que residen en este planeta, ¡considera el hecho de que él te escogió a ti para ser Su hijo, Su tesoro!
Tal vez aún no has abierto tu corazón a Jesús; ¡Te invito a experimentar la alegrÃa, el consuelo y la paz que trae pertenecer al pueblo atesorado del Rey de reyes!
Oración sugerida: Amado Señor, gracias por amarme y por considerarme parte de tus tesoros celestiales. Espero con ansias el dÃa en que pase la eternidad en tu presencia. Úsame para difundir la alegrÃa que viene con ser tu hijo preciado. En el nombre de Jesús, Amén.
1. Deuteronomio 7:6 (NTV).
El Encuentro de hoy fue escrito por: Verónica B.
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