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Encuentros Diarios
Noviembre 06, 2023
Confiando en los momentos difíciles
“Cuando las vasijas estuvieron llenas, dijo a un hijo suyo: Tráeme aún otras vasijas. Y él dijo: No hay más vasijas. Entonces cesó el aceite.”1
Muchas veces nos sentimos abrumados, pues no tenemos el poder para cambiar nuestras circunstancias. Un cónyuge pierde el empleo, un padre de familia tiene un problema de salud que cambia su vida, una pareja recibe una noticia devastadora, entre otros tantos problemas que podemos enfrentar. Definitivamente, la viuda del pasaje de hoy entendía estas difíciles circunstancias. Ella enfrentó la pérdida, ya que acababa de pasar la muerte de su esposo. Era difícil ser una mujer viuda en aquellos tiempos. Al despertar cada mañana, ella se sentía sola y abandonada en sus difíciles circunstancias.
Aquella temporada fue un tiempo de dolor para esta mujer, pues tenía que lidiar con situaciones difíciles cada día sin la compañía de su esposo, ella era una madre soltera, intentando criar a sus hijos sin ingreso suficiente para proveer para su familia. Ella vivía bajo amenaza porque un prestamista iba en camino a cobrarle, y si él no recibía ese dinero, iba a quedarse con sus hijos en su lugar. La viuda se sentía impotente.
En nuestros tiempos de pérdida, vacío, o amenaza, podemos enfocarnos en nuestras desgracias, en lugar de contar nuestras bendiciones. La desgracia de la mujer viuda era falta de un ingreso económico, su bendición era un poco de aceite. Nosotros también tenemos bendiciones incluso cuando estamos en una temporada que nos hace pensar: ¿Y ahora qué? Durante este tiempo, es difícil ignorar el problema y percibir las bendiciones, pero cuando escogemos ver más allá de nuestras circunstancias actuales, Dios nos ayuda a ver nuestras bendiciones. Nosotros como la viuda, podemos ver lo poco que tenemos y pensar que no es suficiente, pero Dios mira lo poquito que tenemos y dice: “Es suficiente”. Con un poco de fe, la viuda vertió, vertió y vertió, hasta que cada vasija estuviera llena de aceite. Dios sabía la cantidad exacta de aceite que la viuda necesitaba para cancelar sus deudas. Él tomó su poco aceite y lo usó para transformar no sólo su vida, sino también la de sus hijos.
Dios sabe exactamente lo que necesitamos. Él tomará cualquier cantidad pequeña que tengamos y la multiplicará para que sea exactamente lo que nos hace falta. Lo único que debemos hacer es ofrecernos como vasijas vacías, permitiéndole a Dios que vierta en nosotros lo que necesitamos durante este tiempo.
Oración sugerida: Amado Dios, renueva mi visión para que pueda ver lo que tengo en lugar de lo que me falta. Dame la proactividad de la viuda para reaccionar, buscar y actuar. Quiero ver tú gloria en mi vida Señor. Hoy abro mi corazón y me ofrezco como una vasija vacía para que tú me llenes con tú presencia. Ayúdame a tener siempre presente que eres mi Padre, mi Proveedor y mi Dios Todopoderoso que siempre vela por mí. En el nombre de Jesús, Amén.
1. 2 Reyes 4:6.
El Encuentro de hoy fue escrito por: Rosina N.
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