Encuentros Diarios
Noviembre 27, 2023
El poder de nuestras palabras
“Con la lengua bendecimos a nuestro Señor y Padre, y con ella maldecimos a las personas, creadas a imagen de Dios. De una misma boca salen bendición y maldición.
Hermanos mÃos, esto no debe de ser asÃ.â€1
Las palabras que dices tienen un poder extraordinario. Tu voz es única, es un don de Dios. Nunca ha habido una persona que hable como tú, y tus palabras tienen un enorme potencial. El uso que hacemos de nuestras palabras dice mucho de nosotros, ya que es una de las principales formas de influir en los que nos rodean.
Nuestras palabras tienen la capacidad de animar o desanimar, construir o destruir, matar o dar vida. Las palabras imprudentes atraviesan como espadas. Es importante que recuerdes que tus palabras son poderosas y tu discurso es valioso. Lo mejor y lo peor de nosotros se puede revelar a través de nuestras palabras.
Santiago nos da varios ejemplos del poder de la palabra y de la influencia de la lengua. Habla de poner freno en la boca de los caballos, si bien este puede dirigir a un animal enorme. Habla de un barco que, aunque es grande y está impulsado por fuertes vientos, se gobierna con un timón muy pequeño. Y luego nos habla de como una diminuta chispa puede incendiar un gran bosque.
De este modo vemos que, aunque la lengua es muy pequeña, tiene una enorme influencia, no solo en nuestra vida sino también en la de aquellos que nos rodean. Debemos reconocer el poder de nuestras palabras, pero también darnos cuenta de que ellas revelan lo que hay en nuestro corazón. Si quieres saber lo que hay en tu corazón, escucha atentamente lo que dices.
Ahora, viene la pregunta, ¿cómo dominar nuestra lengua? Para empezar, debemos pedirle al EspÃritu Santo que produzca el fruto del dominio propio en nuestra vida y transforme nuestro corazón con su amor, para que nuestra forma de hablar y vivir refleje un verdadero cambio.
¡Piensa en la diferencia que esto podrÃa marcar! Entonces te convertirÃas en una persona de la que otros digan: “Hay algo especial en ti, hay sabidurÃa en tu forma de hablar y también en la manera en la que tratas a los demás “. En conclusión, ¡tus palabras producirán vida! PÃdele hoy al Señor que te ayude a desarrollar el dominio propio, que guarde tu lengua y limpie tu corazón.
Oración sugerida: Amado Padre celestial, Tus palabras tienen un gran poder creador, ellas crearon el mundo y Tu soplo de vida me dio existencia. Confieso que en ocasiones mis palabras producen muerte y hacen sufrir a los demás. Ayúdame Señor a dominar mi lengua, que pueda ejercer el dominio propio y que las palabras que yo pronuncie reflejen amor por los demás. Quiero estar cerca de ti para que mi corazón esté tan lleno de tu presencia que sepa que decir, cuando decirlo y cuando callar. GuÃame y dirÃgeme para agradarte con mis palabras. En tu Santo nombre, Amén.
1. Santiago 3:9-10 (NVI).
El Encuentro de hoy fue escrito por: Rosina N.
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