Encuentros Diarios
Enero 08, 2024
Resolución de perdón
Asà que, ¡cuÃdense! “Si tu hermano peca, repréndelo; y si se arrepiente, perdónalo. Aun si peca contra ti siete veces en un dÃa, y siete veces regresa a decirte que se arrepiente, perdónalo."1
Probablemente todos hemos hecho propósitos que nos ayudan a comenzar bien el año. Ya sea que estén orientados a su salud fÃsica o mental, ninguno es más importante que los hechos para su salud espiritual. Podemos estar sanos por fuera mientras nuestro corazón está sobrecargado y enfermo por dentro.
Corrie Ten Boom era una mujer que vivió durante el Holocausto y, junto con su familia, habÃa sido arrestada por ocultar judÃos en su casa durante la ocupación nazi de Holanda. Después de su liberación en diciembre de 1944, viajó por el mundo como evangelista, a menudo refiriéndose a sus experiencias en el campo de concentración de Ravensbrück en Alemania. El mensaje que compartÃa a menudo con otros ex prisioneros de guerra era el del perdón. En una ocasión, sin embargo, su mensaje fue puesto a prueba.
Era 1947 y ella estaba hablando en una iglesia de Múnich cuando vio a cierto hombre entre la multitud. Acababa de terminar de compartir su analogÃa favorita del perdón de Dios cuando confesamos nuestros pecados. "Dios los arroja al océano más profundo", habÃa dicho, "se han ido para siempre". El hombre calvo y corpulento, vestido con un abrigo gris, se abrió paso contra la multitud y se dirigÃa hacia ella. En un momento se fijó en el abrigo y al siguiente, en un uniforme azul y una gorra con visera con la calavera y las tibias cruzadas. Al instante se sintió transportada a la dura realidad a la que habÃa sobrevivido unos años antes: la enorme habitación con sus brillantes luces cenitales, la pila de vestidos y zapatos en el centro del suelo, la vergüenza de pasar desnuda frente a este hombre. HabÃa sido guardia en el campo de concentración de Ravensbrück, donde ella y su hermana habÃan sido enviadas. Ahora estaba de pie frente a ella, con la mano extendida: "¡Un buen mensaje! ¡Qué bueno es saber que, como tú dices, todos nuestros pecados están en el fondo del mar!"
Acababa de terminar de hablar del amor y el perdón de Dios y, en lugar de tomar esa mano, se quedó paralizada en su lugar. SabÃa que él no se acordarÃa de ella, por supuesto, ¿cómo iba a recordar a una prisionera de entre miles de mujeres? Pero se acordó de él y del cuero que colgaba de su cinturón. Era la primera vez desde su liberación que se encontraba cara a cara con uno de sus captores.
—Mencionaste Ravensbrück en tu charla —dijo el—. "Yo era un guardia allÃ. Pero desde entonces —prosiguió— me he convertido en cristiano. Sé que Dios me ha perdonado por las cosas crueles que hice allÃ, pero también me gustarÃa escucharlo de tus labios. Fräulein —volvió a extender la mano— ¿me perdonas?
Ella se quedó allà contemplando: sus pecados eran perdonados diariamente, pero su hermana, Betsie, habÃa muerto en ese lugar, ¿podrÃa él borrar su lenta y terrible muerte simplemente preguntando? No pudieron haber pasado muchos segundos desde que se quedó allÃ, con la mano extendida, pero a Corrie Ten Boom le parecieron horas mientras luchaba con la cosa más difÃcil que habÃa tenido que hacer. Ella sabÃa que tenÃa que hacerlo: el mensaje de que Dios perdona tiene una condición previa: que perdonemos a aquellos que nos han lastimado. "Si no perdonas a los hombres sus ofensas —dice Jesús—, tampoco nuestro Padre que está en los cielos te perdonará tus ofensas".2 Mientras estaba allÃ, con la frialdad que se apoderaba de su corazón, oró en silencio: —¡Jesús, ayúdame! Puedo levantar la mano. Puedo Tú proporciona el sentimiento".
Y asÃ, puso su mano en la que se le extendÃa. Y mientras lo hacÃa, sucedió algo increÃble. Un calor sanador inundo todo su ser, haciendo que sus ojos se llenaran de lágrimas. Durante un largo rato se agarraron de las manos, el antiguo guardia y prisionera.
"¡Te perdono, hermano!" Lloró. "¡Con todo mi corazón!"3
Corrie Ten Boom nunca habÃa conocido el amor de Dios tan intensamente como en ese momento. Haz la resolución de perdonar este año. Permite que Dios sane tu corazón y deja que toda la amargura y la ira que te han estado afligiendo se desvanezcan a medida que el amor de Dios toma su lugar.
Oración sugerida: Amado Dios, Tú enviaste a tu Hijo a derramar Su sangre en esa cruel cruz para que mis pecados y los pecados del mundo entero fueran perdonados. Mi perdón no es nada en comparación, pero te honra. Ayúdame a perdonar cualquier mal que me hayan hecho, en el nombre de Jesús. Amén.
1. Lucas 17:3-4 (NVI).
2. Mateo 6:14-15.
3. Relato de Corrie Ten Boom, 1971.
El Encuentro de hoy fue escrito por: Verónica B.
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