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Encuentros Diarios
Enero 22, 2024
Con miedo y temblor
Cuando el ángel del Señor apareció ante Gedeón, dijo: - ¡El Señor está contigo, valiente guerrero!1
Tiendo a ser un poco miedosa cuando se trata de situaciones públicas. No soy de los que hacen las cosas solos y encuentro consuelo en el valor de otra persona. Debido a que soy bilingüe, a menudo me piden que traduzca. Mi familia y yo vivimos en México durante muchos años y nuestra iglesia recibÃa con frecuencia grupos misioneros de los Estados Unidos. A menudo, un domingo por la mañana, el pastor se acercaba a mà justo antes del servicio y me preguntaba si podÃa traducir el sermón. Debido a mi aparente incapacidad para decir "no" y, por supuesto, a mi amor por el Señor y Su pueblo, pasaba la siguiente media hora de adoración temblando en mi asiento. Con mis rodillas temblando y mi corazón latiendo rápidamente, me acercaba a la plataforma orando: "¡Por favor, Señor, habla por mÃ!" Y cada vez, Él lo hizo. Muchas veces, después de traducir, se me acercaba alguien que me decÃa cómo el Señor les habÃa hablado ese dÃa, ¡gracias a mi traducción! Al permitir que el Señor usara mi voz, alguien se estaba acercando a Él y en mi miedo y temblor, en mi debilidad, Dios se hizo fuerte.
Uno de mis pasajes bÃblicos favoritos es Jueces 6, la historia de Gedeón. Los israelitas habÃan desobedecido a Dios, asà que Dios retiró Su mano protectora y permitió que fueran acosados por los madianitas. Cuando se arrepintieron y clamaron a Dios, Él los escuchó y respondió enviando un ángel a Gedeón diciéndole que Dios lo iba a usar para liberar a Israel de sus opresores. Pero Gideon también era un poco asustadizo y lo encontraron escondido. Aun asÃ, Dios vio a Gedeón como un guerrero poderoso, un hombre de valor. Dios vio más allá del miedo de Gedeón y entró en su corazón. El temor de Gedeón le impedÃa ser el hombre que Dios querÃa que fuera.
Nuestros miedos nos roban ser quienes fuimos creados para ser y nos asustamos de las cosas que parecen más grandes que nosotros. ¡Pero nuestros miedos nunca son más grandes que Dios! Cuando Gedeón finalmente se rindió a la voluntad del Señor para él, Dios usó su debilidad, su temor, y lo hizo victorioso. El enemigo se dio cuenta de que no era rival para el Dios de Israel y el Señor fue glorificado ese dÃa. La fuerza de Dios es perfecta y si podemos permitir que nuestro corazón recuerde eso, entonces en nuestra debilidad, en nuestro temor y temblor, ¡Dios nos hace fuertes!
Oración sugerida: Querido Padre Celestial, tú conoces mis mayores temores y ya has decidido cómo serás glorificado a través de ellos. Ayúdame a confiar en que siempre estás conmigo y a confiar en tu fuerza, que es más grande que cualquier cosa que encuentre aquÃ. En el nombre de Jesús, Amén.
1. Jueces 6:12 (NVI).
El Encuentro de hoy fue escrito por: Verónica B.
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