Encuentros Diarios
Enero 23, 2024
Encontrando gracia en el sufrimiento
“Dichosos los que lloran, porque serán consolados.â€1
Estos últimos años han representado pérdidas significativas para muchas personas. Pasar la página del calendario hacia dÃas mejores ha sido fácil para algunos, pero mantener la esperanza ha resultado casi imposible para otros. Anticipar nuevos comienzos, mejores dÃas por delante, plenitud y recuperación puede resultar difÃcil conforme pasan los meses sin que se resuelven situaciones y relaciones dolorosas.
Cuando pasas por temporadas de dolor, ¿cómo lo enfrentas? ¿Evitas el sufrimiento o las situaciones incómodas porque sabes que pueden ahogarte en la duda y acabar con tu propio sentido de la esperanza?
El hecho de repasar, revisar, recordar la bondad de Dios y contemplar todas las formas en que él nos ha provisto es algo bueno, pero la bondad de Dios no reside simplemente en nuestras bendiciones, algunas de las personas más alegres y satisfechas son aquellas que están lidiando con la decepción, lamentando grandes pérdidas y luchando contra el sufrimiento.
¿Crees que las pruebas y tribulaciones también podrÃan revelar algo de la bondad de Dios en tu vida? ¿El dolor, los problemas y el trajÃn cotidiano podrÃan llevarte a una comprensión más profunda y a una relación más enriquecedora con Jesús?
La respuesta la encontramos en el versÃculo 4 del pasaje de hoy: "Dichosos los que lloran, porque serán consolados".
Esta palabra especÃfica, "dichosos", traducida también como "bienaventurados", puede referirse a ser vistos con favor, o con buenos ojos, por Dios. Naturalmente, cuando estamos luchando y sufriendo lo último que podemos imaginar es que estemos siendo favorecidos. Al contrario, nos sentimos olvidados.
Hasta que no decidamos rendirnos en nuestra lucha, y recuperarnos al entrar en la presencia de Dios y en su reposo, será imposible afianzarnos en la soberanÃa del Señor, durante nuestras temporadas de llanto y sufrimiento.
Si, es posible experimentar la bondad de Dios en nuestro dolor. Podemos encontrar la presencia de Jesús cuando sentimos que su bondad está ausente y comprometernos con él, incluso, cuando nos cuesta entender por qué estamos viviendo todo esto.
Tu decepción puede convertirse en una puerta hacia una intimidad y conexión más profunda con Dios. Puedes llenarte de su amor en medio de tu sufrimiento, puedes dejar que tu dolor te conduzca a la mismÃsima bondad de Dios, donde encontramos no solo un consuelo reconfortante y la renovación de nuestra esperanza, sino donde además Dios nos revela su soberanÃa y nos invita a rendirnos.
En la presencia de Dios, lo que parece ya enterrado, estéril y roto puede crecer milagrosamente y abrirse paso. Asà que, no te desanimes, decide luchar con fe, alimenta tu esperanza y encuentra la presencia de Dios en medio de tu dolor.
Oración sugerida: Amado Padre celestial, gracias porque me llamas dichoso y bienaventurado, me favoreces y me consideras tuyo. Haz que experimente tu bendición incluso en el quebrantamiento, y que me comprometa a sentirte cada dÃa en mi vida, en el nombre de Jesús, Amén.
1. Mateo 5:4 (NVI).
El Encuentro de hoy fue escrito por: Rosina N.
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