Encuentros Diarios
Febrero 08, 2024
Amor para toda la vida: para bien o para mal
Cuando hagas una promesa a Dios, no tardes en cumplirla, porque a Dios no le agradan los necios. Cumple tus promesas.1
En mayo de 1995, fue arrojado de un caballo durante una competencia ecuestre y, a la edad de 42 años, su vida de repente pendÃa de un hilo. Christopher habÃa aterrizado sobre su cabeza, rompiéndose el cuello entre las vértebras C1 y C2. Fue la peor lesión inmovilizadora de la columna vertebral posible. Ni siquiera podÃa respirar por sà mismo.
Después de cinco dÃas de inconsciencia, Christopher Reeve despertó en cuidados intensivos. Los médicos le dijeron que habÃa sufrido una lesión paralizante. Cuando la horrible realización fue completamente absorbida, querÃa morir y ahorrarles a todos muchos problemas. Durante su tiempo en el hospital, Reeve fue "incapaz de evitar tener los pensamientos más oscuros" con alucinaciones que nublaban su estado mental, incapaz de mover ninguna parte de su cuerpo por debajo del cuello.
Su esposa, Dana, entró en la habitación y se paró junto a la cama de Christopher. Hicieron contacto visual y Christopher le dijo sus primeras palabras lúcidas: "Tal vez deberÃamos dejarme ir". Dana lloró y dijo: "Solo voy a decir esto una vez: apoyaré lo que quieras hacer, porque esta es tu vida y tu decisión. Pero quiero que sepas que estaré contigo a largo plazo, pase lo que pase".
Luego agregó las palabras que le salvaron la vida: "Sigues siendo tú. Y te amo".
Reeve dijo más tarde que si ella hubiera mirado hacia otro lado, o se hubiera detenido o dudado aunque fuera un poco, o si hubiera sentido que ella simplemente era noble, o que cumplÃa alguna obligación con él, no sabÃa si podrÃa haber salido adelante. Pero su amor lo hizo "más fuerte que Superman", y durante los siguientes 9 años, su relación se hizo aún más fuerte, incluso volcándose en sus hijos a medida que sus prioridades cambiaban.
Nuestras relaciones encontrarán gozo y pruebas por igual. Al confiar en el Señor en ambos momentos, podemos apartar nuestros ojos del "yo" y dirigirlos a "otros". Dios honra las decisiones que se toman como pareja; cuando cumplimos las promesas que hacemos ante el Señor, Él nos bendecirá. Él se deleitará en bendecirnos porque lo hemos honrado honrándonos unos a otros. Nuestros votos matrimoniales son la promesa más grande que podemos hacer a otra persona y seguir adelante con esas hermosas palabras glorifica al Creador de esa bendita unión. Para bien o para mal... para toda la vida.
Oración sugerida: Querido Señor, deja que mi discurso te honre en todo momento. Que las promesas que haga sean un compromiso de amor hacia Ti. Enséñame a cumplir mis promesas como siempre has cumplido las tuyas. En el nombre de Jesús, Amén.
1. Eclesiastés 5:4 (NVI).
El Encuentro de hoy fue escrito por: Verónica B.
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