Encuentros Diarios
Febrero 21, 2024
Acerquémonos con confianza a Dios
“Por lo tanto, ya que en Jesús, el Hijo de Dios, tenemos un gran sumo sacerdote que ha atravesado los cielos, aferrémonos a la fe que profesamos. Porque no tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que ha sido tentado en todo de la misma manera que nosotros, aunque sin pecado. Asà que acerquémonos confiadamente al trono de gracia para recibir misericordia y hallar la gracia que nos ayude en el momento que más la necesitemos.â€1
¿Por qué estás agradecido esta semana? Puede ser por algo grande o pequeño.
Da gracias a Dios por ello. No permitas que las sombras de la vida te hagan perder los pequeños destellos de belleza.
"Lamentarse" puede sonar a una palabra anticuada. Pero hemos descubierto que es transformadora. El género bÃblico lamento nos ofrece una guÃa para procesar los momentos difÃciles con Jesús.
En el fondo, el lamento nos permite presentar todo nuestro ser a Dios. Es un "bienestar esencial" cristiano. Expresar una emoción dolorosa ante Dios no debe considerarse una renuncia a la fe ni una muestra de debilidad, sino un llanto de adoración a aquel que llora con nosotros.
Cuando encontramos pasajes de lamento en la Escritura, recordamos que no es preciso ocultarle nada a nuestro Salvador. Él puede ocuparse de lo que nos aflige. Nuestro reto, sin embargo, es hallar la confianza para acudir a Dios cuando la vida se pone difÃcil, en lugar de escondernos y alejarnos.
La confianza es algo curioso. No siempre se puede precisar. Todos sabemos cómo se siente la confianza. Puede ser fácil de ver pero difÃcil de encontrar. Algunas personas, que no deberÃan tener confianza, tienen demasiada. Otras, que tienen todas las razones para tener confianza, no la tienen. La confianza es voluble y, a veces, escurridiza. Puede crecer durante años y perderse en segundos.
Entonces en tiempos difÃciles, ¿cómo podemos acercarnos con valentÃa al trono de Dios "confiadamente", como nos exhorta el pasaje bÃblico de hoy, especialmente si nos sentimos débiles o desilusionados?
La clave es identificar en quien o en que está nuestra confianza y, si no está en Cristo, redirigir nuestra confianza de inmediato. El autor de Hebreos no nos dice que invoquemos la confianza en nosotros mismos cada vez que nos acerquemos a Dios. Eso nunca funcionará. Nos exhorta a confiar en Jesús. La confianza que tenemos como creyentes fluye del conocimiento de Cristo, y no de nuestras capacidades. Confiar en Jesús es la vÃa para establecer una relación de confianza con Dios.
Gracias a la muerte y resurrección de Jesús, podemos entrar en la santa presencia de Dios y encontrar allà un hogar seguro, incluso con nuestros errores y torpezas. Este es el evangelio. Jesús nos ha abierto el camino para acceder a nuestro Padre celestial cuando más lo necesitemos.
En consecuencia, el pasaje bÃblico de hoy es significativo en el contexto de los lamentos. Implica que, cuando nos enfrentamos al sufrimiento, podemos expresarnos abiertamente delante de Dios con la plena convicción de que él nos acogerá con su amor. Recuerda siempre, por muy destrozado que te sientas, puedes estar completamente confiado al entrar en la presencia de Dios.
Asà que si estás luchando, decide hoy convertirte en un "lamentador", por extraño que suene. Acércate a Jesús y clama a él. Él te entiende. Llevar tu dolor a Dios es lo más transformador que puedes hacer con él. Es una tarea profunda que sana el alma. Como promete la Escritura, recibirás misericordia y encontrarás la gracia que te ayudará sobrenaturalmente en tu momento de necesidad.
Oración sugerida: Amado Dios, estoy muy agradecido porque, gracias al sacrificio de tu Hijo Amado, puedo acercarme a ti con confianza, y disfrutar de una relación personal contigo. Hoy entiendo que puedo acudir a ti con todos mis lamentos y que tú me recibirás con tus brazos de amor. Estoy aquÃ, agradecido por todo lo que tengo en ti. Aunque la vida siga presentándome desafÃos, dame la fuerza y la gracia para superarlos con tu bendición. En el nombre de Jesús, Amén.
1. Hebreos 4:14-16 (NVI).
El Encuentro de hoy fue escrito por: Rosina N.
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