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Encuentros Diarios
Abril 11, 2024
Un mandamiento nuevo
“Cuando terminó de lavarles los pies, se puso el manto y volvió a su lugar. Entonces dijo: ¿Entienden lo que he hecho con ustedes? Ustedes me llaman Maestro y Señor y dicen bien, porque lo soy. Pues, si yo, el Señor y el Maestro, les he lavado los pies, también ustedes deben lavarse los pies los unos a los otros. Les he puesto el ejemplo, para que hagan lo mismo que yo he hecho con ustedes. Les aseguro que ningún siervo es más que su amo y ningún mensajero es más que el que lo envió. ¿Entienden esto? Dichosos serán si lo ponen en práctica.”1
¿Hay alguna tarea doméstica que usted no soporta hacer, pero sabe que debe hacerse? Tal vez se encuentre mirando hacia otro lado, esperando que otro se haga cargo de ella.
Lo bueno es que Jesús no es así. En su última noche con sus amigos, mientras se reunían para cenar, alguien tenía que limpiar todos los pies sucios. Después de todo, estarían sentados en el suelo. Sus sandalias estarían llenas de polvo y suciedad y de cualquier otra cosa que hubieran pisado en las calles. Esta tarea se consideraba tan repugnante y servil que se cree que incluso a veces los esclavos se negaban a hacerla.
Pero esa noche el Señor Jesús mismo lleno una palangana de agua y comenzó a lavar los pies de sus discípulos. Pedro se horrorizo y exclamó: ¡Jamás me lavarás los pies! (Juan 13:8). Pero el Señor insistió. Allí, en sus últimas horas juntos, era primordial que comprendieran exactamente quién era Él. Si, era su Maestro, Señor y Amo. Y sus señales y maravillas eran evidencias de que era Dios. Pero Dios vino a servir, no a exigir. A morir, no a matar.
¿Qué significa seguir a Dios de esa manera? Esa noche, con sus amigos, el Señor Jesús demostró claramente. Después de todo, ningún discípulo puede ser mayor que su maestro. Debemos ser personas que se sirven unas a otras.
Oración sugerida: Amado Señor Jesús, gracias por inspirarnos y ser ejemplo de cómo podemos servir a los demás. Te pido que me muestres oportunidades a través de este día de cómo puedo servir a otros con amor, humildad y gozo. Gracias mi Señor Jesús, Amen.
1. Juan 13:12-17 (NVI).
El Encuentro de hoy fue escrito por: Rosina N.
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