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Abril 12, 2024

"¡Quédense quietos y sepan que yo soy Dios! Toda nación me honrara. Seré honrado en el mundo entero."¹

Si llegaste a experimentar el eclipse solar total de esta semana en persona, entonces estabas entre los millones de personas que quedaron asombradas por su magnificencia. Solo pude verlo en la pantalla de mi televisor a través del telescopio de la NASA y presencié brevemente el eclipse parcial, visto en mi parte del país, a través del reflejo en la ventana de mi cocina. Sin embargo, ¡fue muy emocionante! En las noticias, los reporteros se quedaron sin palabras y emocionados ante el maravilloso espectáculo. Gritos y vítores se podían escuchar de fondo mientras las multitudes esperaban con entusiasmo este evento celestial que no se volverá a ver en los Estados Unidos hasta dentro de 20 años. A medida que la transmisión seguía el eclipse de un estado a otro, se podía notar una cosa: justo cuando la luna comenzaba a cubrir el sol en su totalidad y el cielo comenzaba a oscurecerse, la multitud se quedaba quieta y silenciosa mientras permanecían asombrados y reverenciados mirando el cielo arriba. Si el sol pudiera sacar ese tipo de maravilla de nosotros, ¡imagínense cómo será cuando estemos delante del Hijo de Dios! ¡Qué maravillas contemplaremos cuando estemos ante el Creador de los Cielos y de la Tierra! La querida canción de MercyMe, "Puedo Imaginarme" lo describe bien.

"... Puedo imaginarme el día en que yo, vea el reflejo del Hijo de Dios. Puedo imaginarme una eternidad para siempre solo adorar...

         Rodeado de Tu gloria, ¿qué sentirá mi ser?                                                                    

¿Danzare por ti mi Cristo o en silencio quedare?                                                                            

 Â¿Estaré de pie en tu gloria o me tendré que arrodillar?                                                                          

¿Cantaré aleluya? ¿O quizá ni pueda hablar? ...."

Él dijo: "Quédate quieto". Él dijo: "¡Seré honrado en el mundo entero!" Él será la razón por la que nos mantenemos asombrados y reverenciados; Su presencia reclamará nuestro discurso. Su magnificencia hará que incluso el evento celestial más maravilloso parezca aburrido y pálido en comparación. Nuestro Dios, que es digno de toda nuestra alabanza y honor, regresará un día y eclipsará todo pecado y oscuridad con Su gloriosa luz, y toda rodilla se doblará y toda lengua confesará que Jesucristo es el Señor.

Oración sugerida: Amado Señor, incluso ahora, estar en tu presencia me consume. Mi corazón anhela el día en que te veamos cara a cara; para contemplar tu Belleza y Grandeza; caer de rodillas en adoración. ¡Gracias por la promesa de ese día! En el nombre de Jesús, Amén.

1. Salmos 46:10.

El Encuentro de hoy fue escrito por: Verónica B.