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Encuentros Diarios
Abril 23, 2024
Se acabaron las excusas
Los que aman tu Ley disfrutan de gran paz y nada los hace tropezar.1
Cuando se trata de pasar tiempo en la Palabra de Dios, hay una gran cantidad de excusas que podemos inventar para evitarlo. La idea de leer esas palabras antiguas, escritas en un idioma antiguo, es suficiente para hacer que algunos la teman antes de saber lo que pueden encontrar dentro de las páginas de este Libro Sagrado. Pero antes de que podamos esperar tener una vida de oración efectiva o una experiencia de adoración increÃble, debemos estar en La Palabra, o lo que es más importante, ¡La Palabra debe estar en nosotros! Hacer de la lectura de la Biblia un hábito requiere disciplina intencional; Con la disciplina vienen las excusas. Al igual que con cualquier cosa que requiera disciplina (ejercicio, comer sano o desarrollar cualquier otro buen hábito), debemos desarrollar una mentalidad seria.
Las excusas varÃan: "No me gusta leer". Bueno, hay muchas versiones de audio de la Biblia disponibles. "Me cuesta entender el lenguaje elegante de la Reina Valera". ¡Hay numerosas traducciones que hacen que la Biblia sea fácil de entender! "¡Simplemente no tengo tiempo!" La tecnologÃa nos ha dado aplicaciones bÃblicas que se pueden programar para alertarnos con un versÃculo bÃblico diario. Asà que ya ves, ¡para cada excusa hay una solución!
Jesús a menudo usaba historias para facilitar que las personas entendieran la Salvación, la vida eterna y el Reino de Dios; historias que mostraban un paralelismo, llamadas parábolas. En uno de esos casos, Jesús querÃa que entendiéramos que al poner excusas nos perderemos los mayores beneficios que Dios tiene para ofrecernos. Usó la siguiente parábola: "Cierto hombre preparo un gran banquete e invito a muchas personas. A la hora del banquete mando a su siervo a decirles a los invitados: ‘Vengan, porque ya todo esta listo’. Pero todos, sin excepción, comenzaron a disculparse. El primero dijo: ‘Acabo de comprar un terreno y tengo que ir a verlo. Te ruego que me disculpes’. Otro indico: ‘Acabo de comprar cinco yuntas de bueyes y voy a probarlas. Te ruego que me disculpes’. Y otro alego: ‘Acabo de casarme y por eso no puedo ir’. El siervo regreso y le informo de esto a su señor. Entonces el dueño de la casa se enojó y ordeno a su siervo: ‘Sal de prisa por las plazas y los callejones del pueblo y trae acá a los pobres, a los lisiados, a los ciegos y a los cojos’. ‘Señor – dijo el siervo -, ya hice lo que usted me mando, pero todavÃa hay lugar’. Entonces el señor respondió: ‘Ve por los caminos y las veredas, y oblÃgalos a entrar para que se llene mi casa. Les digo que ninguno de aquellos invitados disfrutara de mi banquete.’â€2
La Palabra de Dios está llena de promesas y bendiciones de las que podemos beneficiarnos. Cuando ponemos excusas que nos alejan de Dios y de Su Palabra, Él le dará esas bendiciones a otra persona. ¿Estás dispuesto a perderte el Gran Banquete de Dios por una excusa? No hay mejor momento que el presente para recoger la Palabra de Dios. ¡No más excusas!
Oración sugerida: Señor, Tu Palabra es Tu Carta de Amor para nosotros. Cada Palabra fue inspirada directamente por ti. Por favor, dame el deseo de recoger Tu Palabra y disfrutar de la Fiesta que has preparado para mÃ. En el nombre de Jesús, Amén.
1. Salmos 119:165 (NVI).
2. Lucas 14:16-24.
El Encuentro de hoy fue escrito por: Verónica B.
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