Encuentros Diarios
Abril 24, 2024
Nuestra historia de victoria
“Porque tú, Señor, eres bueno y perdonador, y grande en misericordia para con todos los que te invocan.â€1
¿Alguna vez ha pensado en su vida como una historia que escribe Dios?
Todos sabemos que las historias más grandes presentan pruebas, desafÃos y numerosos peligros que tienen que vencer los protagonistas. Las adversidades que el héroe enfrenta solo hacen que se gane nuestro corazón. Si nuestro héroe se vuelve amargado por las circunstancias, perdemos la simpatÃa. En cambio, si decide perdonar a sus adversarios y salir adelante en cada dificultad con gracia, animamos cada paso que da. Y cuando vemos que se transforma mediante esa perseverancia, nos inspira a hacer lo mismo.
Usted es el protagonista de su propia historia. Y cuando camina en el perdón de Dios, lo hace y lo vive en una historia de gran victoria.
El perdón es un proceso constante. A veces no solo tenemos que seguir perdonando a la misma persona una y otra vez, sino que también nos encontramos con situaciones, heridas nuevas y gente a quien perdonar. La historia sigue. Y para que sea una historia de victoria, tendrá que estar alerta para proteger su corazón de la falta de perdón.
En 2 Corintios 2:10-11, Pablo insta a los creyentes corintios a perdonar para que Satanás no se aproveche de ellos. Enfrentémoslo, la falta de perdón es una de las armas más grandes en contra de los cristianos.
¿No es emocionante darse cuenta de que su historia también se está creando para estimular a otras personas? Su camino como una persona que decide perdonar es un ejemplo de lo que es esperar y descansar en la fortaleza, la gracia, la transformación y la victoria de Dios.
Marcos 11:25 dice: “Y cuando estén orando, si tienen algo contra alguien, perdónenlo, para que también su Padre que esta en el cielo perdone a ustedes sus ofensas.â€
Oración sugerida: Amado Padre Celestial, hoy vengo con un corazón quebrantado ante ti y te pido perdón porque a veces no me es fácil perdonar. A veces no quiero perdonar, pensando que lo que me hicieron no es digno de perdón, pero tú con tú ejemplo me inspiras a perdonar lo imperdonable. Gracias Señor porque tú amor a través de tú EspÃritu Santo redarguye lo más profundo de mi corazón y me muestra a quién y cómo debo perdonar. Ayúdame a ser obediente para que tú te glorifiques en mi vida. Oro en el nombre de Jesús, Amen.
1. Salmos 86:5 (RVR1960).
El Encuentro de hoy fue escrito por: Rosina N.
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