Encuentros Diarios
Junio 03, 2024
Una vida generosa
Ustedes sean enriquecidos en todo sentido para que en toda ocasión puedan ser generosos, y para que por medio de nosotros la generosidad de ustedes resulte en acciones de gracias a Dios. Esta ayuda, que es un servicio sagrado, no solo suple las necesidades de los creyentes, sino que también redunda en abundantes acciones de gracias a Dios.1
Elizabeth de HungrÃa lo tenÃa todo. Nacida en el seno de una familia rica y prominente del Imperio Alemán en 1207, Elizabeth se casó muy joven con el hijo de un noble. Elizabeth no solo obtuvo una gran riqueza a través de este matrimonio, sino que también heredó mucha riqueza de su propia familia después de la muerte de sus padres. PoseÃa tantas propiedades que fue apodada "Elizabeth de Muchos Castillos".
Sin embargo, ella no usó su riqueza para su propio beneficio. Como cristiana devota, Elizabeth dio su riqueza para ayudar a otros. Durante una hambruna, dio dinero, comida y refugio a muchas personas en su paÃs, salvando a su pueblo de la muerte. Abrió uno de los primeros orfanatos y uno de los primeros leprosarios (hospitales para personas con lepra) en Europa del Este. ServÃa a los que no tenÃan nada, sin esperar nada a cambio.
Elizabeth nunca perdió su generosidad, incluso cuando la familia de su esposo la desterró de su hogar e intentó difamarla. Con el tiempo, ella fue nombrada santa por la Iglesia Católica Romana por todo el trabajo que hizo por los pobres y los enfermos.
Elizabeth nos ofrece un ejemplo increÃble de cómo servir a los demás con todo lo que tenemos. Ella difundió el amor de Cristo dando todo lo que tenÃa a los pobres y necesitados. Sin importar lo que le sucediera, Elizabeth seguÃa siendo generosa con lo que Dios le habÃa dado, confiada en que su verdadero tesoro la esperaba en el cielo con Cristo. Elizabeth murió a los 24 años, pero ella, sin duda, logró más en su corta vida que muchos en una larga vida. La Palabra de Dios está llena de versÃculos que nos animan a ser generosos. Dios promete grandes bendiciones a cambio a aquellos que dan con un corazón humilde. La generosidad es un reflejo del carácter de Dios y, ya que estamos llamados a ser como Él, ¡busquemos formas de ser generosos hoy! El que es generoso prospera; el que reanima a otros será reanimado.2
Oración sugerida: Querido Señor, anhelo ser como tú. Te pido que moldees mi carácter para que sea como el tuyo. Dame un corazón para los demás y permÃteme ver a los demás a través de tus ojos. Dame un amor que refleje el Tuyo en todo lo que digo y hago. En el nombre de Jesús, Amén.
1. 2 Corintios 9:11-12 (NVI).
2. Proverbios 11:25 (NVI).
El Encuentro de hoy fue escrito por: Verónica B.
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