Encuentros Diarios
Junio 18, 2024
Amistad libre de culpa
El perfume y el incienso alegran el corazón, y el dulce consejo de un amigo es mejor que la confianza propia.1
Quiero ser el tipo de amigo que da el regalo de una amistad libre de culpa. En un mundo en el que somos tan buenos para culparnos por nuestro peso, nuestras rutinas de ejercicios o la falta de ellas, el estado de nuestras casas, nuestros hijos o nuestras vidas espirituales, quiero crear espacios seguros para que mis amigos sepan que mi amistad es algo con lo que pueden contar sin culpa.
Una amistad libre de culpa dice: "Siempre asumiré lo mejor de tus motivos". Este tipo de amistad se centra únicamente en la amistad; No se trata de criticar o juzgar al otro. En cambio, es generoso e indulgente y crea un espacio para reconectarse porque no tiene ninguna condición sobre cómo, cuándo o con qué frecuencia sucede. Es el regalo más preciado que podemos darnos los unos a los otros.
Nuestro ejemplo de amistad proviene de nuestro Señor Jesús, quien nos mostró cómo es una amistad definitiva. Jesús se refirió a sus discÃpulos como amigos (Jn.15:15) y, además, puso su amistad a disposición de cualquiera que la deseara. Jesús se interesó especialmente en sus amigos. Él los escogió, reuniendo cuidadosamente diferentes personalidades que harÃan avanzar grandemente Su Reino. Él cuidó de ellos y proveyó para ellos. Él velaba por su bienestar, los amaba y los aconsejaba. Al final del dÃa, Jesús consoló y animó a sus amigos a ser la mejor versión de sà mismos; proporcionándoles una amistad libre de culpa donde, en Él, cada uno podÃa ser él mismo. Sin embargo, para que Sus discÃpulos ofrecieran ese tipo de amistad a cambio, se requerÃa que fueran consistentemente fieles a Él. Eso también va para nosotros.
La amistad con Dios comienza con la reconciliación, conduce a la intimidad con Él (y al disfrutar de Él) y da como resultado la santificación y el desarrollo de nuestro carácter. La amistad con Dios nos transforma y nos permite florecer verdaderamente en nuestras relaciones con los demás, ¡permitiéndonos disfrutar de una amistad libre de culpa con nuestras personas favoritas!
Oración sugerida: Querido Dios, qué honor serÃa poder ser llamado Tu amigo. Enséñame a ser el tipo de amigo que eres; amoroso y misericordioso, alentador y perdonador. Te amo, Señor, y deseo una amistad contigo por encima de todo. En el nombre de Jesús, Amén.
1. Proverbios 27:9 (NTV).
El Encuentro de hoy fue escrito por: Verónica B.
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