Encuentros Diarios
Junio 21, 2024
Dios está al pendiente de nosotros
¡Oh cielos, canten de alegrÃa! ¡Oh tierra, gózate! ¡Oh montes, prorrumpan en cantos!
Pues el Señor ha consolado a su pueblo y le tendrá compasión en medio de su sufrimiento. Sin embargo Jerusalén dice: El Señor me ha abandonado; El Señor me ha olvidado. ¡Jamás! ¿Puede una madre olvidar a su niño de pecho? ¿Puede no sentir amor por el niño al que dio a luz? Pero aun si eso fuera posible, yo no los olvidarÃa a ustedes. Mira, he escrito tu nombre en las palmas de mis manos. En mi mente siempre está la imagen de las murallas de Jerusalén convertidas en ruinas. Dentro de poco tus descendientes regresaran, y los que procuran destruirte se irán. Mira a tu alrededor y observa, porque todos tus hijos volverán a ti. Tan cierto como que yo vivo - dice el Señor -, ellos serán como joyas o adornos de novia para que tú los exhibas.1
¿Alguna vez ha sentido que Dios se ha olvidado de usted? Se ha sentido ignorado, abandonado o sin importancia? En tiempos de sufrimiento, es fácil pensar que Él no ve ni se preocupa por lo que atravesamos. Cuando Jerusalén fue destruida y la mayorÃa de sus habitantes enviados al cautiverio babilónico, el pueblo de Israel también pensó que Dios los habÃa olvidado y abandonado.
Sin embargo, el pasaje de hoy desafÃa directamente la suposición de que el dolor y las dificultades son indicios de la ausencia de Dios. Después de que Él reconoce que sabe todo sobre el temor de Israel al abandono, desmiente esto afirmando su amor incondicional. Él está tan cerca, atento y generoso como una madre con su bebé lactante, y es imposible que nos olvide. Para dejar claro este punto a los israelitas, Dios les aseguró que los habÃa escrito en las palmas de sus manos (IsaÃas 49:16). ¿Le suena familiar esta imagen?
Siglos más tarde, Jesucristo colgó de una cruz con clavos perforando sus manos, demostrando que las palabras de Dios eran ciertas y que valemos más para Él de lo que podrÃamos imaginar. Somos los nunca olvidados y amados de Dios. ¿Cómo cambiarÃa nuestra vida diaria y nuestra relación con nuestro Padre celestial si viviéramos seguros en el conocimiento de que siempre estamos en sus pensamientos?
Oración sugerida: Amado Padre Celestial, gracias por tu amor incondicional que nos has dado a través de tu hijo Jesucristo. Gracias por siempre estar al pendiente de nosotros. PermÃtenos estar consciente de que tú nunca te olvidas de nosotros, a pesar de lo difÃcil que puedan parecer las circunstancias que se nos presentan. PermÃtenos abrazar tus promesas aún en medio de la incertidumbre, permÃtenos sentir esa paz que solamente tu nos puedes dar, oro en el nombre de tu hijo amado Jesús, Amén.
1. IsaÃas 49:13-18 (NTV).
El Encuentro de hoy fue escrito por: Rosina N.
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