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Encuentros Diarios
Julio 03, 2024
Creciendo pacientemente
"Jesús también dijo: “El reino de Dios es como un agricultor que esparce semilla en la tierra. Dia y noche, sea que el este dormido o despierto, la semilla brota y crece, pero él no entiende como sucede. La tierra produce las cosechas por si sola. Primero aparece una hoja, luego se forma la espiga y finalmente el grano madura. Tan pronto como el grano está listo, el agricultor lo corta con la hoz porque ha llegado el tiempo de la cosecha."1
Mi hija tuvo un proyecto de ciencias en la escuela este año en el que plantó semillas de pasto común en cuatro tipos diferentes de tierra. DebÃa registrar el progreso del crecimiento durante varias semanas; ¡Semanas que, para ella, parecÃan meses! Todos los dÃas salÃa corriendo al patio para ver si habÃa algún crecimiento que medir. Tardó unos dÃas en ver los primeros signos de vida, pero una vez que las diminutas briznas brotaron en el suelo, la hierba creció rápidamente. Sus gritos de emoción que provenÃan del patio mientras medÃa el crecimiento de sus plantas eran contagiosos y pronto nos reÃamos con ella. Sin embargo, no todas las semillas tuvieron el mismo patrón de crecimiento. Las semillas que se habÃan plantado en grava, por ejemplo, tardaron mucho más en crecer y, aunque el crecimiento era evidente, no era tan emocionante de ver como la hierba que crecÃa en la tierra rica en nutrientes. Sin embargo, las semillas que se plantaron en la arena nunca crecieron.
Esperar a ver el crecimiento puede hacer que nos impacientemos. En Marcos 4:26-28, se nos recuerda que el crecimiento y el éxito no dependen de nosotros. Podemos hacer el trabajo, la siembra y el tomar el cuidado necesario, pero no podemos forzar el crecimiento de las semillas. Lo creas o no, el crecimiento requiere descanso. En el pasaje encontramos al granjero durmiendo y levantándose, viviendo la vida como de costumbre, sin obsesionarse con el resultado ni tratar de forzar su influencia. ¡Y la semilla crece de todos modos! A veces, nos apasionamos por el crecimiento y nos encontramos asumiendo demasiado. Plantamos nuestras semillas e incluso le pedimos a Dios que las ayude a crecer, pero luego nos impacientamos cuando vemos que nuestro crecimiento personal no está sucediendo tan rápido como nos gustarÃa. Tampoco se supone que debamos quedarnos de brazos cruzados. TodavÃa tenemos responsabilidades. Pero Dios funciona en todos los detalles, completamente independiente de nuestros esfuerzos, incluso si el momento o el resultado no es lo que queremos. Es posible que el éxito no siempre sea visible. pero eventualmente la lluvia caerá y regará el suelo. La tierra hará crecer el grano, empujándolo hacia arriba a través de la semilla, pero no olvidemos que es Dios quien nos da este regalo de crecimiento. Invierte el tiempo y el esfuerzo donde Dios quiere que crezcas, y luego, confÃa el resultado a Él.
Oración sugerida: Querido Señor, gracias por tu misericordia. Ayúdame a confiar en ti a través del proceso de crecimiento y dame paciencia mientras me preparas para tu reino. En el nombre de Jesús, Amén.
1. Marcos 4:26-29 (NTV).
El Encuentro de hoy fue escrito por: Verónica B.
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