Encuentros Diarios
Julio 15, 2024
Deleitarnos en Dios
“Confía en el Señor y haz el bien; establécete en la tierra y mantente fiel. Deléitate en el Señor y él te concederá los deseos de tu corazón. Encomienda al Señor tu camino; confía en él y él actuará.”1
Varios evangelios mencionan a niños que vinieron a Cristo (Mateo 19:13, Lucas 18:15-17, Marcos 10:13-16). Algunos de ellos quizás se subieron a su regazo, mientras que otros tal vez se sentaron a sus pies. Podríamos imaginarlos haciéndole muchas preguntas, rogándole que les contara más parábolas y susurrándole secretos al oído. No es de extrañar que se reunieran en torno al Señor Jesús, quien nos ama de manera perfecta.
Contrastemos esta imagen de la cálida naturaleza del Señor con la imagen que algunos cristianos tienen de Dios: lo ven como un capataz que juzga y obliga con intimidación. Si bien es cierto que debemos obedecer los mandamientos de Dios, pero también debemos deleitarnos en Él como lo haríamos en la compañía de un buen amigo.
Cuando imaginamos a un Dios severo, terminamos dedicando mucho tiempo y energía tratando de "ganar" nuestra salvación. Pero la autoridad soberana de Dios está equilibrada de manera perfecta con un amor eterno e incondicional. Él quiere que sus hijos nos deleitemos en pasar tiempo con Él.
Nuestro Padre mira más allá de nuestros defectos. De hecho, por su gran amor, envió a Jesucristo para salvar nuestra vida de modo que podamos vivir con Él en el cielo por la eternidad. No existe un mejor amigo que Cristo.
Oración sugerida: Amado Padre Celestial, gracias por la oportunidad que me das de deleitarme en ti. Permíteme estar consciente de tu presencia en mi vida, para poder disfrutar de tu compañía, como lo haría con un buen amigo. Gracias Señor, porque miras más allá de mis defectos y me amas con un amor incondicional. Gracias, en el nombre de Jesús, Amén.
1. Salmos 37:3-5 (NVI).
El Encuentro de hoy fue escrito por: Rosina N.
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