Encuentros Diarios
Agosto 27, 2024
Nunca estamos solos
“¿A dónde me iré de tu EspÃritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allà estás tú; Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquÃ, allà tú estás. Si tomare las alas del alba y habitare en el extremo del mar, aun allà me guiará tu mano, y me asirá tu diestra.â€1
El Señor Jesús solÃa apartarse ocasionalmente, dejando incluso a sus discÃpulos atrás. PodrÃamos interpretar esto como su periodo de recarga, cuando se renovaba después de la intensidad de su ministerio. Pero el propósito del Señor Jesús no era realmente estar solo, sino encontrar un espacio para encontrarse con su Padre. Para Él (y para nosotros), esa es la verdadera oferta de la soledad: un silencio que nos permite escuchar la voz de Dios.
Vivimos en un mundo saturado de ruido, por lo que encontrar la soledad es esencial. Sin embargo, no debemos dar por sentado que estaremos solos, no si perseguimos el tipo de soledad que el Señor Jesús buscaba. El salmista escribe: "¿A dónde huiré de tu presencia?" (Salmo 139:7-8). La respuesta es a ninguna parte. Y esto es bueno. Dondequiera que intente escapar de Dios, en lo alto, en lo bajo y en cualquier lugar intermedio, Dios está allÃ. Y no solo está presente, sino también involucrado: "Allà me guiará tu mano y me asirá tu diestra" (Salmo 139:10).
Muchas personas quieren tener tiempo para enfocarse en sà mismas, en otras palabras, "tiempo para mÃ". Pero, como cristianos, debemos buscar el tipo de soledad que elimina distracciones y crea un espacio para encontrarnos con el Señor.
Oración sugerida: Amado Padre Celestial, gracias porque la soledad nos brinda el espacio para escuchar tu voz amorosa. En un mundo saturado por el ruido, te pido que me ayudes a buscar intencionalmente tiempo y crear un espacio para encontrarme a solas y renovarme en tu presencia. Oro en el nombre de Jesús, Amen.
1. Salmos 139:7-10 (RVR1960).
El Encuentro de hoy fue escrito por: Rosina N.
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