Encuentros Diarios
Septiembre 09, 2024
Orar
“Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho.”1
Dios nos dio el privilegio de la oración para que no solo pudiéramos comunicarnos y permanecer conectados con nuestro Padre, sino también para llevarle nuestras peticiones.
Otro de sus maravillosos regalos es la Biblia. Hay miles de promesas en ella, incontables garantías en las que podemos confiar plenamente. Dios quiere que las aprendamos para que no perdamos las bendiciones que Él anhela darnos. Si somos sabios, convertiremos sus promesas en oraciones y en clamores de nuestro corazón.
El Salmo 32:8 dice: "Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; sobre ti fijaré mis ojos". Podemos orar con las mismas Palabras de Dios, y decirle que creemos que Él nos enseñará y nos revelará su camino mientras nos acompaña en cada situación. Dios es fiel, por lo que podemos confiar en sus promesas.
Háblele a Dios con su Palabra, al usar la oración que aparece a continuación o lo que Él ponga en su corazón, al leer el Salmo 37:3-6.
Oración sugerida: Padre Celestial, que tus deseos sean los míos. Aumenta mi anhelo de que se haga tu voluntad y ayúdame a participar en ella. Oro en el nombre de Jesús, Amén.
1. Santiago 5:16 (RVR1960).
El Encuentro de hoy fue escrito por: Rosina N.
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