Encuentros Diarios
Diciembre 09, 2024
Mi alma está satisfecha en Dios
Es más, todo lo considero pérdida por razón del
incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por él lo he perdido
todo y lo tengo por estiércol, a fin de ganar a Cristo y encontrarme unido a
él.1
Dios nos creó para relacionarnos con Él. El tipo de
comunión que Adán y Eva disfrutaban con el Señor también era para nosotros.
Pero cuando el pecado entró en el mundo, todo cambió. La relación de Dios con
la humanidad se dañó.
Pero, como sabemos, ese no es el final de la historia.
Cristo vino a morir en nuestro lugar, trayendo el perdón por nuestros pecados y
restaurando nuestra relación con el Padre Celestial. Somos adoptados es su
familia y pertenecemos a Él para siempre. Él nos ha provisto todo lo que
necesitamos para estar a su lado.
Entonces, ¿qué sucede si los nuevos creyentes no
maduran? Algunos se alejarán de su celo inicial por el Señor. Quizás otros
intenten enfocarse en Dios, pero los asuntos de la rutina diaria los
distraerán. Con el tiempo, algunos cristianos se conformarán con lo cómodo y
familiar, y se perderán de la profunda satisfacción que Dios querÃa darles. En cambio,
quienes siguen a Dios de todo corazón, tendrán una relación cada vez más
profunda con Él.
Relacionarse con Dios hizo que el alma del rey David
estuviera "satisfecha como de un suculento banquete" (Salmo 63:5
NVI). Y Pablo consideraba sus logros como nada en comparación con "el
incomparable valor de conocer a Cristo Jesús" (Filipenses 3:8 NVI). Acérquese
a Dios de todo corazón y experimente las bendiciones de conocerlo.
Oración sugerida: Amado Padre Celestial, en este dÃa quiero
pedirte que me enamores cada dÃa más de Ti. Incrementa mi anhelo de conocerte
cada dÃa más. No quiero conformarme, no quiero estar cómoda. Quiero conocer más
de Tu corazón. Quiero que Tu seas la prioridad en mi vida, en mi dÃa a dÃa. Y
que ese anhelo de conocerte más sea contagioso. Deseo que mi alma este
satisfecha solamente en Ti. Oro en el nombre de Jesús, Amén.
1.
Filipenses
3:8-9 (NVI).
El Encuentro de hoy fue
escrito por: Rosina N.
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