Encuentros Diarios
Febrero 24, 2025
Caminando por fe
Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que
no se ve. Porque por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos. Por la fe
entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo
que lo que se ve fue hecho de lo que no se veÃa.1
El deseo del Señor es que andemos por fe. Sin embargo, todos tenemos
áreas en la vida donde nos resulta difÃcil confiar en Él. Felizmente, nuestro
Padre celestial es paciente y misericordioso. Su Palabra enseña con toda
claridad que la santificación es el proceso de hacernos santos, no solo el
resultado final. Los niños son una gran ilustración de cómo funciona esto.
Cuando los niños aprenden a caminar, comienzan por agarrarse de algo, ponerse
de pie y luego dar un paso. Al comienzo, inevitablemente se caen, momento en el
cual les ayudamos a levantarse para que puedan seguir avanzando. Del mismo
modo, Dios nos muestra cómo vivir de acuerdo con nuestra fe en Él, pero
cometeremos errores. Caer y levantarse de nuevo es parte del proceso de
aprendizaje.
El EspÃritu Santo nos enseña, pero nuestra responsabilidad es estudiar
la Biblia para conocer la naturaleza de Dios y conocer sus promesas. A medida
que hacemos estas cosas, nuestra confianza en el Señor crece y nos apoyamos más
en Él.
Piense en las respuestas, acciones y desiciones que ha tomado en las
últimos dÃas. ¿Cuántas de ellas fueron guÃadas por el EspÃritu Santo? Vivir
basado en la confianza en Cristo requiere fe y acción. A medida que permita que
Él le guÃe, su fe aumentará.
Oración sugerida: Amado Padre Celestial, gracias porque nos guÃas a
través de Tu EspÃritu Santo. Ayúdame a buscar de una manera intencional pasar
tiempo a solas contigo en oración y estudiando Tu Palabra. Padre Amado, ayúdame
a confiar solo en Ti en los momentos de más incertidumbre, sabiendo que la fe
es la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve. Oro en el
nombre de Jesús, Amén.
1.
Hebreos 11:1-3
(RVR1960).
El Encuentro de hoy fue escrito por: Rosina N.
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