|
Encuentros Diarios
Febrero 27, 2025
Lucha por la fe
Pelea la buena batalla de la fe.1
Cuando llegué a Cristo por primera vez, comencé a
escuchar palabras a las que nunca antes habÃa prestado atención; palabras como
fe. Fe. Ciertamente lo habÃa escuchado antes, pero ¿qué significaba? Recuerdo a
un predicador tratando de ilustrar la palabra en su sermón diciendo:
"Antes de que te sentaras, ¿consideraste si esa silla te sostendrÃa o
simplemente tenÃas fe en que lo harÃa?" Entonces, ¿la fe era como la
confianza? O nos pedirÃa que consideráramos el hecho de que podemos respirar
profundamente y llenar nuestros pulmones con un oxÃgeno que... ¿No podemos ver?
Entonces, ¡la fe es confiar en algo que no puedo ver! (Hebreos 11:1.)
Una vez que entendemos lo que es la fe, podemos
comenzar a crecer en nuestra propia madurez espiritual. ¡La fe bÃblica, el don
de Dios de la fe, es algo por lo que querremos luchar! Hacia el final de su
ministerio, el apóstol Pablo se dirigió amorosamente a Timoteo, su compañero e
hijo en el Señor, instándolo a proteger su fe. A lo largo de las dos cartas
personales que Pablo escribió, casi podemos sentirlo suplicándole a Timoteo que
permanezca firme en su fe hasta el punto de luchar por ella. (1 Timoteo 6:12.)
Luchar por nuestra fe es la única batalla que realmente vale la pena pelear. En
la segunda carta de Pablo a Timoteo, escrita desde una celda de la prisión, lo
vemos mirando hacia atrás en su ministerio, recordando primero la fe sincera
que habÃa visto en la propia madre y abuela de Timoteo. (2 Timoteo 1:5.)
Después de recordarle a Timoteo que también en él hay la misma fe, Pablo
continúa animándolo hasta que por fin, predicando una vez más con el ejemplo,
dice: "He peleado la buena batalla... Yo he guardado la fe". (2
Timoteo 4:7.)
Sepan que su lucha no será en vano. Una corona de
justicia del vencedor espera a todos aquellos que han amado al Señor y han
tenido fe en Él. (2 Timoteo 4:8.) Que este sea el estÃmulo que necesitamos para
seguir luchando hoy.
Amado Señor, admito que mi fe en Ti ha flaqueado y me
he encontrado en lugares de duda y preocupación. Pero hoy vuelvo a la lucha
porque Tú luchaste por mà primero. Te amo, Señor. En el nombre de Jesús, Amén.
1. 1 Timoteo 6:12a.
El Encuentro de hoy fue escrito por: Verónica B.
|
|