Encuentros Diarios
Febrero 28, 2025
Una alma en quietud
Jehová, no se ha envanecido mi corazón, ni mis ojos se
enaltecieron; Ni anduve en grandezas, Ni en cosas demasiado sublimes para mÃ. En
verdad que me he comportado y he acallado mi alma como un niño destetado de su
madre; como un niño destetado está mi alma.1
Siempre es sabio examinar nuestro corazón con respecto
a la oración. Veamos los valores que el Señor modeló para nosotros en su
práctica de apartar tiempo para estar con su Padre.
Aislamiento. Aunque el Señor estaba en frecuencia
rodeado de personas, entendÃa su necesidad de aislamiento. Se retiraba de las
multitudes, e incluso de sus discÃpulos, para hablar con Dios.
Tiempo protegido. Sin importar las circunstancias, el
Señor se aseguraba de proteger su tiempo para descansar en el EspÃritu,
enfocarse en su relación con el Padre y fortalecerse fÃsica y emocionalmente.
Quietud. ¿Qué significa estar quieto? El Salmos 46:10
nos llama a la quietud con estas palabras: "Estad quietos y conoced que yo
soy Dios". Para tener esta paz interior, haga una pausa y deje que su alma
sea consciente de la presencia del EspÃritu Santo. En la lectura de hoy, David
lo describió como el estado de un "niño destetado" que está en
perfecto descanso y feliz solo por estar en los brazos de su madre.
Si hace de estas cosas una prioridad, cosechará
enormes beneficios. Hacerlo puede parecer un reto. Pero cuando aquiete su
corazón, descubrirá lo mucho que necesita la paz que ofrece la presencia del
Señor. ¡Es un regalo que no tiene precio!
Oración sugerida: Amado Padre Celestial, en este dÃa
quiero pedirte quietud para mi alma. Las diferentes situaciones de la vida
diaria inquietan mi mente y mi corazón, pero llegas Tu amorosamente y me
recuerdas que tienes todo bajo control. PermÃteme descansar en Ti, sabiendo que
eres un Dios soberano. Oro en el nombre de Jesús, Amén.
1.
Salmos 131:1-2 (RVR1960).
El Encuentro de hoy fue escrito por: Rosina N.
|