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Marzo 10, 2025

Consciente de ello, Jesús dijo: “¿Por qué molestan a esta mujer? Ella ha hecho una obra hermosa conmigo".¹

Unos días antes de su crucifixión, Jesús estaba visitando a sus amigos en la aldea de Betania. Mientras cenaba, se le acercó María, la hermana de Marta y Lázaro. A María le encantaba estar cerca de Jesús y escuchar Sus Palabras. Durante una visita anterior, su hermana Marta le había reprochado que le tocaba hacer todas las tareas domésticas mientras María estaba sentada a los pies de Jesús. El amor de María por Jesús era tan grande que, en este día, no prestó atención a nadie mientras se arrodillaba a los pies de Jesús una vez más. En sus manos sostenía una hermosa botella de aceite perfumado que era un tesoro muy valioso. Al romperlo, la fragancia llenó la habitación mientras María derramaba el aceite sobre los pies de Jesús en adoración sagrada. No prestó atención a quién estaba mirando o a lo que la gente pudiera estar diciendo. Ella estaba adorando a su Jesús, ¡como si nadie la estuviera mirando! En este momento, eran ella y su Señor, nada más importaba. De hecho, los espectadores hablaban y criticaban sus acciones. Pero Jesús comprendió sus acciones, conoció su corazón y recibió su adoración, calmando inmediatamente a aquellos que solo habían visto la vergüenza de ello. María solo deseaba sentarse a los pies de Jesús y adorarlo sin temer el costo. Ningún sacrificio era demasiado grande para su Señor.²

Si usted ha elegido ayunar algo durante este tiempo de Cuaresma, ¿es un sacrificio de amor de adoración y alabanza a nuestro Dios? ¿O es que nuestros sacrificios están orientados a nuestro beneficio? Si podemos aprender una cosa de María hoy, es adorar con todo lo que tenemos, ¡como si nadie estuviera mirando!

Amado Señor, Tú eres grande y digno de toda alabanza. Ayúdame a adorarte con todo mi corazón y mi alma, sin preocuparme por lo que otros puedan decir o pensar. Llena mi mente con pensamientos de Ti. Estoy a Tus pies Señor, Tú eres mi Fuerza. En el nombre de Jesús, Amén.

1.    Mateo 26:10.

2.    Juan 12:1-8.

El Encuentro de hoy fue escrito por: Verónica B.