Encuentros Diarios
Junio 18, 2025
Un altavoz para Cristo
Y vosotros vinisteis a
ser imitadores de nosotros y del Señor, habiendo recibido la palabra, en medio
de mucha tribulación, con el gozo del EspÃritu Santo, de manera que llegasteis
a ser un ejemplo para todos los creyentes en Macedonia y en Acaya. Porque
saliendo de vosotros, la palabra del Señor ha resonado, no solo en Macedonia y
Acaya, sino que también por todas partes vuestra fe en Dios se ha divulgado, de
modo que nosotros no tenemos necesidad de hablar nada.1
ImagÃnese que está en un
evento deportivo profesional. Miles de personas gritan con mucho entusiasmo,
como si sus gritos pudieran llevar a su equipo a la victoria. ¿Cuántos
creyentes conoce usted que ponen esa misma pasión e intensidad en su fe?
En su carta a la iglesia
en Tesalónica, el apóstol Pablo se regocijó por la pasión de la congregación al
hablar al mundo acerca de Cristo. Dado que la ciudad era un puerto
marÃtimo lleno de actividad, la iglesia captaba la atención y el interés
de todo el mundo. Los viajeros escuchaban en evangelio y luego lo llevaban de
vuelta y lo compartÃan en sus comunidades.
Pablo dijo a los
tesalonisences "porque saliendo de vosotros, la palabra del Señor ha
resonado" (1 Tesalonicenses 1:8). El apóstol pintó una poderosa imagen con
palabras. El verbo griego que usó se refiere a un sonido que se proyecta como
un toque de trompeta o trueno. Asà que Pablo elogió a los tesalonicenses por
ser bocinas vivientes que proclamaban a Cristo.
Si usted es un
"fan" del Señor, entonces deseo que sienta el compromiso y la
responsabilidad de compartir con el mundo quién es Él y lo que ha hecho por
usted. ¡GrÃtelo desde su balcón! ¡Que se escuche su alabanza! No solo muestre a
las personas que le rodean cuál es su equipo favorito. ¡Asegúrese de que
también sepan quién es su Salvador!
Oración sugerida: Amado
Padre Celestial, cada vez que tenga oportunidad, quiero alabarte con todas mis
fuerzas y mi corazón. Que gran privilegio el poder alabarte y adorarte con toda
libertad. Gracias porque puedo levantar mis manos abiertamente y alabarte.
Gracias porque tengo la libertad de poder reconocerte como mi Señor y mi
Salvador. Dame la valentÃa para ser un altavoz proclamando el amor y la gracia
de Jesús. Oro en el nombre de Jesús, Amén.
1. 1 Tesalonicenses 1:6-8 (LBLA).
El Encuentro de hoy fue
escrito por: Rosina N.
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