Encuentros Diarios
Junio 23, 2025
Jesús tiene poder
Por esta razón
me arrodillo delante del Padre, de quien recibe nombre toda familia en el cielo
y en la tierra. Le pido que, por medio del EspÃritu y con el poder que procede
de sus gloriosas riquezas, los fortalezca a ustedes en lo Ãntimo de su ser,
para que por fe Cristo habite en sus corazones. Y pido que, arraigados y
cimentados en amor, puedan comprender, junto con todos los creyentes, cuán
ancho y largo, alto y profundo es el amor de Cristo. En fin, que conozcan ese
amor que sobrepasa nuestro conocimiento, para que sean llenos de la plenitud de
Dios.1
Pablo escribió
sobre la necesidad de confiar en el poder de Jesús. Compartió una promesa que
el Señor le habÃa dado: "Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona
en la debilidad" (2 Corintios 12-9). Pablo fue un gran lÃder de la fe,
pero a los ojos de Dios no era más merecedor de la gracia que cualquier otra
persona. Nosotros podemos tener la misma confianza en el poder del Señor que
tenÃa el apóstol.
Cuando Pablo
recibió a Jesús como su Señor y Salvador, fue adoptado como hijo de Dios. Sus
pecados fueron perdonados y recibió el EspÃritu Santo para que pudiera comenzar
su trabajo al servicio del Señor.
Considere el
tiempo de Pablo en la prisión. Para ayudarlo a soportar el encarcelamiento, el
EspÃritu Santo le dio fortaleza fÃsica y mental. Al mismo tiempo puso en los
corazones de otros creyentes el deseo de atender las necesidades de Pablo. Más
importante aún, el EspÃritu de Dios le dio el valor para hablar de Jesucristo a
sus guardias romanos.
Pablo confió
en Dios para tener fortaleza y, como consecuencia, nunca renunció a su fe.
Servimos al mismo Dios Todopoderoso, lo que significa que no tenemos excusa
para huir de su plan.
Oración
sugerida: Amado Padre Celestial, gracias porque Tu poder se perfecciona en mi
debilidad. A mà que no me gusta sentirme débil, Tu vienes y me enseñas
amorosamente que está bien no ser fuerte todo el tiempo, y que Tú tienes un
propósito divino. En mis momentos más débiles y vulnerables: ¡GlorifÃcate! Por
cada momento en el que he sentido que ya no puedo más, Tu eres fuerte en mÃ.
Gracias Señor por mostrarme que cada momento doloroso, estando contigo, siempre
valdrá la pena. ¡Que todo el honor y toda la gloria sea para Ti, mi Padre
Amado! Amén.
1.
Efesios 3:14-19 (NVI).
El Encuentro
de hoy fue escrito por: Rosina N.
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