|
Encuentros Diarios
Octubre 20, 2025
Dios todavÃa nos ama
¿Acaso hay algo que pueda separarnos del amor de
Cristo? ¿Sera que el ya no nos ama si tenemos problemas o aflicciones, si somos
perseguidos o pasamos hambre o estamos en la miseria o en peligro o bajo
amenaza de muerte?... Claro que no, a pesar de todas estas cosas, nuestra
victoria es absoluta por medio de Cristo, quien nos amó.1
Como humanos, todos hemos luchado de muchas maneras
diferentes. Tal vez luches con el miedo, la ansiedad, la tentación, la lujuria,
la adicción, etc. Como cristianos, podemos sentir que estas cosas nos separan
de Dios porque nos hacen pensar que necesitamos cambiar antes de poder venir a
Él. A veces, nos sentimos demasiado avergonzados de venir a Dios como somos
porque pensamos, ¿cómo podrÃa Dios, el Creador y Ser más perfecto del
universo, seguir amándome después de todo lo que he hecho? Bueno, Romanos
8:38-39 dice: "Y estoy convencido de que nada podrá jamás separarnos del
amor de Dios. Ni la muerte ni la vida, ni ángeles ni demonios, ni nuestros
temores de hoy ni nuestras preocupaciones de mañana. Ni siquiera los poderes
del infierno pueden separarnos del amor de Dios. Ningún poder en las alturas ni
en las profundidades, de hecho, nada en toda la creación podrá jamás separarnos
del amor de Dios, que esta revelado en Cristo Jesús nuestro Señor." Estos
versÃculos nos dan una perspectiva completamente nueva de cuánto nos ama Dios.
Cuando leo estos versÃculos, recuerdo que Dios nos ama
incondicionalmente y no hay nada que podamos hacer para que deje de amarnos.
Dios no espera que seamos perfectos antes de venir a Él, sino que quiere que
vengamos a Él sin importar cuán agobiados estemos y promete darnos descanso
(Mateo 11:28-30). Aunque Su amor es interminable, no debemos aprovecharnos de
ese amor y continuar viviendo en nuestros caminos pecaminosos (Romanos 6:1-2).
Todos somos pecadores y todos estamos destituidos de Su gloria, pero Dios aún
nos ama sin fin.
Oración sugerida: Gracias, Señor, por amarme
incondicionalmente. Debido a tu gran amor, siempre puedo acudir a ti sabiendo
que no me abandonarás, a pesar de mis sentimientos. Por favor, ayúdame a no
aprovecharme de tu amor misericordioso, y que mi amor por ti crezca
continuamente. En el nombre
de Jesús, Amén.
1.
Romanos
8:35 y 37 (NTV).
El Encuentro de hoy fue escrito por: Gianna B.
|
|