Son los Ángeles Verdaderos?
Leí recientemente la historia siguiente, divulgada como cierta, fijada en Sumatra entre el Battas salvaje. A pesar de los peligros, Von Asselt y su esposa, detectarón una llamada para tomar el trabajo de misionario entre esta gente peligrosa. “Los primeros dos años, “Von Asselt dijo, “eran tales que me estremezco cuando pienso en ellos. Se parecía como si energías hostiles de la oscuridad, nos acosádos constantemente no sólo por los hombres hostiles pero tambien por los poderes hostiles de la oscuridad.”
Un día un líder de Batta vino a donde mí y dijo, “Ahora Tuan (que significa profesor), Tengo una petición. Quisiera ver a sus vigilantes.”
“Qué vigilantes” Pregunte en asombro. “No tengo ningún vigilante!”
“Los vigilantes que usted coloca alrededor de su casa en la noche para protegerle,” mi visitante dijo.
“Pero no tengo ningún vigilante,” Repetí. “Tengo solamente un pequeno herdsboy y un pequeño cocinero y ellos harían pobres vigilantes.”
El hombre parecía incrédulo, como si para decir: “No haga que crea de otra manera pues yo se mejor.” El entonces pregunto “Puedo ver por su casa para ver si estan escondidos en ella?”
No temo ningún dios o diablo y
puedo
pasar
por esos vigilantes fácilmente.
“Ciertamente,” Contesté, riendo, puede ver la casa pero no encontrará a nadie.”
Él entró y buscó cada esquina, pasando incluso por debajo de las camas, y a lo último él vino hacia fuera muy decepcionado.
Entonces era mi turno para hacer las preguntas. “Dígame de esos vigilantes que usted vio.”
“Cuando usted primero vino aquí,” él dijo, “estábamos muy enojados con usted. Resolvimos matar a usted y a su esposa. Fuimos a su casa noche tras noche, pero cuando llegamos cerca de ella, estaban siempre parados cerca alrededor de la casa, hombro a hombros, una doble fila de vigilantes con armas relucientes. No nos atrevimos a atacarlos para entrar en la casa.
Estabamos, sin embargo, dispuestos a abandonar nuestro plan así que nos fuimos a un asesino profesional. Le preguntamos si él mataría a usted y a su esposa. Le dijimos quien era usted y de los vigilantes que habíamos visto la protegiendo su casa. Él se rió de nosotros y dijo, “No tengo miedo de ningún dios o diablo y pasare fácilmente a través de esos vigilantes.”
“Todos nos juntamos por la tarde y el asesino, haciendo pivotar su arma sobre su cabeza, fue valeroso antes de nosotros. Cuando nos acercamos a su casa nos quedamos permanecídos en el fondo y lo déjamos que entrara solo. En un corto plazo él vino corriendo hacia atras y dijo, No, me ariesgo a entrar solo. Están allí dos filas de hombres fuertes y grandes, muy cerca uno al otro y sus armas brillan como el fuego.”
Dejamos los pensamientos de matarlo, pero dígame, Tuan, quiénes son esos vigilantes? Usted nunca los ha visto?
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