Cuando Las Cosas Van Mal
Tal vez escucho la historia del albañil que pidió permiso por las siguientes razones: Cuando llegue al edificio para trabajar me encontré con que el huracán había tumbado varios de los ladrillos alrededor de la fachada, así que subí al techo, tome una viga de madera e hice una polea, subí varios barriles llenos de ladrillos a la parte alta del edificio.
Después bajé y sosteniendo la cuerda, empecé a soltarla. Para su mala suerte, el barril con los ladrillos pesaba mucho más que yo y antes de que me diera cuenta de lo que estaba pasando, el barril empezó a caer, jalándome hacía arriba. Decidí asirme del laso ya que para entonces estaba muy alto para saltar.
Cuando ascendí a la mitad del camino tope con el barril lleno de ladrillos que iba cayendo rápidamente. Recibí un duro golpe en el hombro. Después continúe hacía arriba, golpeándome la cabeza en la viga de madera, y me lastime los dedos en la cuerda de la polea.
Cuando el barril golpeó tierra, se destrozo permitiendo que los ladrillos se salieran. Ahora yo pesaba más que el barril, así que empecé a caer a gran velocidad. A la mitad del camino me tope de nuevo con el barril que subía rápidamente y recibí varios golpeo en la barbilla. Cuando llegue al fondo caí sobre un montón de ladrillos, recibiendo varias cortaduras y moretes.
En este momento he de haber perdido el sentido porque solté la cuerda. El barril cayó rápidamente, golpeándome en la cabeza de nuevo, mandándome al hospital. Con todo respeto pido licencia por enfermidad.”
Todos tenemos ocasiones cuando las cosas salen mal. Pero cuando llegan los problemas, no es lo que nos pasa, sino lo importante es como reaccionamos. Los problemas destruyen a algunas personas. A otros los forman. La diferencia está en nuestra actitud, ser realista, la manera de aceptarlo, y lo que hacemos para resolver el problema.
La actitud es más
importante que la aptitud.
Actitud. Cuando respondemos a nuestras dificultades de una forma positiva, y con la determinación de que con la ayuda de Dios la venceremos, se puede conquistarlo. Si reaccionamos de forma negativa con una actitud desafiante, seremos derrotados, sin importar que tan brillantes seamos.
Como el autor, Zig Ziglar, lo dice en su libro, Te veo conquistador, “La actitud es más importante que la aptitud ... A pesar de la abrumadora evidencia que apoya la importancia de una actitud mental correcta, nuestro sistema educacional desde el Jardín de Niños hasta llegar a la escuela de graduados ignora virtualmente este factor vital en nuestras vidas. El noventa por ciento de nuestra educación está dirigido a adquirir conocimientos con solo un diez por ciento de nuestra educación dirigida a nuestros “sentidos”—o actitudes.
“Estos números son realmente increíbles, cuando nos damos cuenta de que la parte “pensante” es solamente un 10%de lo que es la parte que abarca los “sentimientos” en el cerebro. Un estudio realizado por la Universidad de Harvard reveló que el 85% de la razón del éxito, los logros, las promociones, etc. se deben a nuestras actitudes y solo el 15% se deben a nuestras habilidades técnicas.”
El autor Ziglar también indicó que William James, el padre de la psicología americana, estableció que el descubrimiento mas importante de nuestros tiempos es el que nosotros podemos cambiar nuestras vidas al cambiar nuestras actitudes.
Ser realista es algo critico para determinar la resolución de nuestros problemas.
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