Victorioso Cuando Hay Angustias
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Segundo: Si el problema se reprime, guardamos los sentimientos en el interior, tal como el resentimiento, dolor o odio, nos hacen daño. Mejor que estos sentimientos deben ser expresados en formas saludables. Si está alimentando un resentimiento, se debe hacer cuentas con la otra persona y perdonarlo.4 Se puede hablar sobre ciertos sentimientos con un amigo de confianza o un consejero. O, si es de ayuda, salga a conducir con los cristales arriba y grite sus sentimientos, vaya a su recamara y llore, o escríbanlos como David lo hizo muy seguido en los Salmos.
Una noche cuando estaba preocupado y no podía dormir, me levante y le escribí una carta a Dios compartiendo todos mis sentimientos con él. Por media hora saque todos los sentimientos que traía guardados. Después se los leí a Dios, trocé el papel, me regresé a la cama y me dormí inmediatamente.
Cuando uno se siente preocupado o ansioso también es de gran ayuda el ejercitarse de manera rigurosa.
Tercero: Si su preocupación es causada por necesidades emocionales o espirituales que no se han llenado, lo pueden remediar al cultivar su relación con Dios y con otras personas—ambas son claves para tener una vida vital libre de preocupaciones. Ser miembro de un grupo de personas dedicados al crecimiento espiritual que tienen un buen programa de recuperación pueden ser de gran ayuda. Mientras que tengan mayor contacto con otros y con Dios y practica amor y aceptación, usted puede, lentamente, cambiar sus sentimientos de miedo, culpa, ira, de sentirse inadecuado, de ansiedad y inquietud para sentidos de confianza, paz y amor.
El amor perfecto ahuyentan los miedos.
El Apóstol Juan escribió en la Biblia "En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor.”5 Así que debemos pedir a Dios no solo que nos ayude a vencer a nuestros miedos, sino también a llenarnos de amor. Entre más amamos y confiamos en Dios, nuestros temores a los hombres y las circunstancias disminuyen.
Visualícense a sí mismo cada día abriéndose a Dios y llenándose de su amor, alegría y perdón. En 1929, el hombre de negocios J.C.Penney estaba en el hospital debido a su severa ansiedad. Una noche estaba seguro de que iba a morir así que escribió una carta de despedida a su esposa e hijo.
Pero él sobrevivió la noche, y a la mañana siguiente al escuchar cantos que provenían de una capilla, sintió el deseo de entrar. Un grupo estaba cantando, “Dios cuida de tí,” después continuaba con la lectura de la Biblia y algunas oraciones.
El señor Penney dijo “repentinamente algo me pasó. No lo puedo explicar. Fue un milagro. Sentí como si hubiese salido de la oscuridad de un mazmorra hacia una luz brillante y cálida. Sentí como si hubiese sido transportado desde el infierno al paraíso. Sentí el poder de Dios de una manera como jamás lo había sentido antes.”
“En ese momento comprendí que solo yo era el responsable de todos mis problemas. Me dí cuenta de que Dios, con su amor, estaba allí para ayudarme. Desde ese día hasta ahora, mi vida ha estado libre de preocupaciones. Los minutos más dramáticos y gloriosos de mi vida fueron los que pasaba en la capilla aquella mañana.”6
La causa o causas de nuestras ansiedades y angustias siempre están dentro de nosotros aún cuando son activados por circunstancias externas. Unicamente cuando admitimos que existen y resolvemos remover las causas, podemos rendir completamente a nuestras inquietudes y ansiedades a Dios y así experimentar su paz.
No importa si la paz viene instantáneamente o tarda en tomar posesion de nosotros la verdad importante para recordar es que Dios está siempre presente. Su amor y su poder son constantes y están disponibles para todos. Mientras lo buscamos entre la niebla de nuestras inquietudes y emociones dañadas, descubrimos que él nos está esperando para ayudarnos si solo respondemos a su amor y le damos la oportunidad.
1. Proverbios 14:30. 2. Mateo 6:25,34. 3. Filipenses 4:6-7. 4. Vea Mateo 5:23-24. 5. 1 Juan 4:18. 6. S.I.McMillen, None of These Diseases, (Westwood, N.J.: Fleming Revez Co., 1963), página 98.
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