Encuentros Diarios
Enero 20, 2025
1. Ser fructífero
Ciertamente, yo soy la
vid; ustedes son las ramas. Los que permanecen en mí y yo en ellos producirán
mucho fruto porque, separados de mí, no pueden hacer nada.1
Hace unos años, Associated
Press publicó un estudio realizado por una escuela agrícola en Iowa. Informó
que la producción de 100 fanegas de maíz de un acre de tierra, además de las
muchas horas de trabajo del agricultor, requirió 4,000,000 libras de agua,
6,800 libras de oxígeno, 5,200 libras de carbono, 160 libras de nitrógeno, 125
libras de potasio, 75 libras de azufre amarillo y otros elementos demasiado
numerosos para enumerar. Además de estas cosas, que ningún hombre puede
producir, la lluvia y el sol en el momento adecuado son críticos. Se estimó que
sólo el 5 por ciento de los productos de una granja pueden atribuirse a los
esfuerzos del hombre.2
Ya sea que la humanidad le
dé el crédito a Dios o no, sería imposible vivir sin Él. Y si somos honestos, tendríamos que admitir que lo mismo es cierto en la
producción de frutos espirituales también. Muchas veces, puede ser fácil caer en la
tentación de pensar que podemos hacerlo por nuestra cuenta, pero, así como una rama obtiene todo su sustento y fuerza de la
vid, nosotros también obtenemos nuestro sustento en Cristo.
Cuando Jesús caminó sobre la
tierra, Él modeló esta verdad mientras vivía en dependencia del Padre. Vivió en
constante comunicación y sumisión a Dios, mientras ministraba a los que lo
rodeaban. Su fuerza y sabiduría para cada circunstancia se encontraba en Dios.
De la misma manera, nuestras
vidas aquí en la tierra pueden producir mucho fruto cuando permanecemos en la
Vid y permitimos que Su Espíritu viva a través de nosotros.
Oración sugerida: Querido
Dios, enséñame cómo permanecer en Cristo y vivir mi vida como Él lo haría... en
total dependencia de Ti. Reconozco que aparte de ti, no puedo hacer nada. Tú
eres el Dador de todas las cosas, y mi fuente de fortaleza y alimento. Permite
que mi vida produzca buenos frutos que te honren. Gracias por escuchar y
contestar mi oración. En el nombre de Jesús, amén.
Juan 15:5 (NTV). www.sermoncentral.com
El Encuentro de hoy fue escrito por: Crystal B.
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