¿Es la Biblia la Palabra de Dios?
Página Dos
Unos mil quinientos años A.C., Dios dijo a través de Moisés que Israel le daría la espalda (a Dios) y serían sacados de su tierra por sus enemigos. Dios dijo, “`Asolaré también la tierra ... a ustedes los esparciré entre las naciones... sus tierras estarán desoladas y desiertas sus ciudades.”12
¿El resultado? En 721 A.C., las diez tribus del norte de Israel fueron tomadas cautivas por los Asirios, y en 586 A.C. las dos tribus del sur lo fueron por Babilonia. Setenta años después un pequeño remanente de 40,000 judíos regresó a Israel mientras que el resto se esparció a través del mundo. En el año 70 D.C. Jerusalén fue destruido por los Romanos, y el remanente de los israelíes se dispersó entre las naciones. Entonces Israel quedo desolada como se había profetizado 1,600 años antes.
La palabra de Dios también estableció que la nación de Israel sería reconstruida, profetizaba, “No los desecharé, ni los abominaré para consumirlos.”13 “Pues yo los tomaré de entre las naciones y los recogeré de todas las tierras y los traeré a su país.”14 “Y traeré del cautiverio a mi pueblo Israel, y edificarán ellos las ciudades asoladas y las habitarán”15 y la nación “florecerá como la rosa.”16
La gente de Israel ha sobrevivido atrocidades nefastas que se han cometido contra ellos por los Asirios, los Babilónios, los Griegos, los Romanos, Hitler y otros. Su sobrevivir continuo contra la opresión y la reconstrucción de su nación—lo cual está pasando actualmente—dos mil quinientos años después de que Dios dijo que pasaría—es evidencia irrefutable de la validez de la Biblia.
 Muchas de las . . .leyes del
antiguo Testamento fueron dadas
por razones de salud e higiene—
conocimiento que era desconocido
para el mundo antiguo.
Evidencias de continuidad. Además la continuidad de la Biblia es confirmación de su autenticidad. A pesar de ser escrito a través de un periodo de mil quinientos años por treinta y cinco a cuarenta diferentes escritores, con sesenta y seis diferentes libros, tiene sólo un tema mayor—la salvación de la humanidad perdida. Esto apoya el hecho de que hay un solo autor—Dios.
Evidencias de la ciencia y arqueología. Mientras que la Biblia no es un libro de ciencia, hechos científicos que han estado en sus Páginas por lo menos tres mil quinientos años han salido a la luz sólo recientemente. Por ejemplo, muchos de los estatutos y regulas del Antiguo Testamento fueron dados por razones de salud e higiene—conocimiento que era desconocido para el mundo antiguo.
En su libro, “Ninguna de Estas Enfermedades”, el Dr. S.I. McMillen escribió, “Cuando Dios guió a los Israelíes fuera de su aflicción en Egipto, él prometió que si ellos obedecían sus estatutos, él no pondría ninguna de estas enfermedades sobre ellos [enfermedades por las que Egipto y otras naciones estaban sufriendo]. Dios les garantizó una libertad de las enfermedades que la medicina moderna no puede duplicar."17
Dr. McMillen continúa, “Confíó en que el lector estará intrigado al descubrir que las directivas de la Biblia lo pueden salvar de ciertas enfermedades infecciosas. De muchas canceres letales, y de una larga lista de enfermedades psicosomáticas que siguen en incremento a pesar de la medicina moderna.”18
En el análisis final, sin embargo, es la elección de cada individuo si acepta o no la Biblia como la palabra de Dios. Para aquellos que quieren creer que lo es, hay evidencias suficientes para apoyar esta creencia.
Aun más, todos los que han aceptado la Biblia como la palabra de Dios, y han respondido a la invitación de Jesucristo para recibirlo como Señor y Salvador y viven de acuerdo a los principios bíblicos, poseen una profunda convicción de que la Biblia es la palabra de Dios, de que es verdad, y de que ellos han recibido el regalo de vida eterna.19
La búsqueda más grande del hombre a través de los años ha sido siempre la de saber “¿De donde vengo? ¿Por qué estoy aquí? Y, ¿A dónde voy?” Sólo la palabra de Dios, la Biblia, le puede dar las respuestas a estas preguntas.
Notas
1. 2 Timoteo 3:16. 2. Lucas 24:44. 3. Mateo 5:17-18. 4. Vea 2 Pedro 3:15-16. 5. Génesis 3:15 y 49:10. 6. 2 Samuel 7:12-16. 7. Miqueas 5:2. 8. Isaías 7:14. 9. Daniel 9:25, 26. 10. Salmos 22:16 e Isaías 53.
11. Isaías 13:5-22. 12. Levítico 26:32-33. 13. Levítico 26:44.
14. Ezequiel 36:24. 15. Amós 9:14. 16. Isaías 35:1. 17. McMillen, S.I., None of These Diseases (Westwood, New Jersey; Fleming H. Revell Company, 1963), p. 17. 18. Ibid, p. 18. 19. Vea Juan 17:17 y 1 Juan 5:13.
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